"Espero que vivas todos los días de tu vida"

martes, 18 de mayo de 2010

Capítulo 65 - BAJO LAS ESTRELLAS


Demasiado arreglada, piensa ella mientras se mira al espejo y observa como le queda la falda. Rebusca de nuevo en el armario algo que pueda servirle. Mira el reloj. Las nueve menos cuarto. Debe de estar al llegar. Genial, no tiene nada que ponerse y lo descubre precisamente 15 minutos antes de que vayan a recogerla. Se prueba unos vaqueros color salmón. Pueden pasar. Ahora la camiseta. Después de encontrar una blusa blanca que le sirve va al baño. Revuelve todas las pinturas y todas sus cremas. Se da rápido el maquillaje como hace todo los días. Se pinta los ojos, las pestañas y los sabios.

Está algo nervioso. No sabe muy bien porqué pero tiene ganas de llegar. De enseñarle todo y que pase de una vez lo que lleva preparando toda la tarde. Mira el reloj. Luego se da cuenta de que nunca usa reloj y pone la radio. Las nueve. Estupendo, ya no va a llegar a la hora. Se pone nervioso y pisa el freno.
Vuelve a disminuir la velocidad cuando ve el coche de policía a la derecha de la carretera en el arcén. No necesita más multas. Ya ha acumulado demasiadas los últimos años. Exceso de velocidad, conducción temeraria, control antidrogas, número elevado de pasajeros, incumplimiento de normas varias con la mono como no llevar casco o escuchar música mientras conduce y así un largo etc. Portate bien, te estás formalizando, piensa él mientras reduce la velocidad y deja atrás a los agentes.

Por fin llega al camino oscuro y alejado de la civilización. Ya no le queda nada para verla. El corazón le va más deprisa. Un portón metalizado grande imitación a madera y el resto del muro blanco es lo que los separa ahora. Él saca su móvil.

Ella se mira en el espejo intentando verse y convencerse de que está guapa. Y acto seguido, mientras se concentra suena su móvil. Es él. Eso quiere decir que está ya abajo. Se apresura rápidamente a meter todas las cosas necesarias en el bolso. Termina olvidándose las llaves y el móvil. Pero por supuesto no se olvida del brillo de labios ni de los pendientes. Baja rápido las escaleras. Dice un "asta luego" rápido a sus padres y sale escopeteada por la puerta mientras deja a su padre con la palabra en la boca, diciendo la típica frase de "no vuelvas tarde, pórtate bien".

Se oye el ruido del cerrar de la puerta. Él levanta la vista. Ella intenta verlo a él pero los faros del coche la cegan. Sin embargo el sí puede verla a ella. La observa y la ve guapísima. Aprovecha un poco a mirarla descarademente ya que no puede darse cuenta. Y después de esos pequeños y dulces segundo ella entra finalmente en el coche.

- Hola...
- Hola

Se sonríen. Quieren besarse pero aun no son "nada" así que no lo hacen. Esperarán un momento más propicio - Aunque que momento es más propicio que aquel en el que tienes verdaderas ganas. Sin excusas, solo porque te apetece.- Ella rompe el hielo

- Me tienes intrigada... ¿Qué es eso que has preparado?
- Pues verás, primero es necesario que nos perdamos para poder enseñartelo
- ¿Perdenos?
- Exacto
- ¿Y como se pierde uno? - `Pregunta ella emocionada e intrigada por hacer algo nuevo
- Pues... la occión más fácil que veo es arrancar este trasco e ir por los diferentes caminos hasta encontrar un sitio alejado de la civilización y desconocido para nosotros...
- ¡Pues arranca!

Y el no duda en hacerlo.

- ¿Qué es eso que huele tan bien? - Pregunta ella mientras olfatea
- ¡No lo mires! Es una sorpresa...
- Me encantan las sorpresas... también me gusta hacerlas a mí
- Entonces, si hay un proximo día. Te toca a tí...

Se mueven entra la oscuridad de esos campos. Y se alejan. Se alejan de izquierda a derecha. Retroceden y dan vueltas en circulo algunas veces. Rozan algunas ramas y finalmente lo encuentran. Unas montañas los frenan sin dejar paso. Es una llanura en mitad de la nada. A lo lejos se ven las luces de la ciudad y de la urbanización. Nunca han estado allí. No tienen miedo, están juntos.

- Baje del coche señorita...

Y él se adelanta para sacarla y taparle los ojos. La lleva hasta la puerta trasera y la deja allí unos segundos mientras le pide que no mira hasta que el le avise.

- ¿Ya? - Pregunta ella ansiosa
- ¡Un segundo impaciente!

Y mientras se oyen algunos sonidos. Ella se pregunta que será.

- Ya está, ya puedes abrirlos... - Dice el dulcemente

Y los abre. Y allí está. El maletero del coche avierto tiene una cama y del techo cuelgan algunas sábanas imitando una tienda de campaña india. Es exótico y hay un gran cuenco de macarrones repartidos en dos sabores. Carbonara y bolonesa. También hay un ordenador. Y varias películas a elegir para ver. De humor sobre todo. Una de amor y otra de miedo. Ella no lo cree. Es demasiado hermoso. Él también. Y está allí con ella. Lo mira... le encanta. Le encanta lo que ha hecho. Como la trata y como la mira. Como la cuida y como se siente ella cuando está él a su lado.

- Es impresionante...
- ¿Entonces te gusta? - Pregunta esta vez tímido. Ella se sorprende viéndolo así. Parece siempre muy seguro de si mismo pero a veces flaquea.
- Entonces me encanta querrás decir... - Dice mientras sonríe. Y se acerca a él para besarlo.

La noche pasa y el cuenco de macarrones se acaba. Están buenísimos. Ella repite varias veces y él se queda con hambre como siempre mientras se pregunta como es posible que una chica de medidas tan extrechas sea capaz de comer tanto. Después ven una película y curiosamente la de miedo. Él se queda sorprendido cuando ella la elige. Se da cuenta aun más de que es diferente. No deja de mirarla. Y cuando el no la mira entonces ella aprovecha para hacerlo. La película termina y después de un rato haciéndose la valiente confiesa que tiene algo de miedo. Él se ríe de ella un rato y finalmente terminan allí tirados en el colchón. Bajo las estrellas.

- ¿Tú crees que existe vida en otros planetas?
- Sí... estoy seguro 
- Yo también lo creo... - Dice ella mientras mira al cielo. Después se hace el siléncio.

Una gota cae a la nariz de ella.

- ¡Llueve! - Dice ella
- Entonces tendremos que cerra el chiringuito

Y acto seguido comienza la tormenta.

- ¡Rápido mete bien el colchón! - Dice él
- ¡Que divertido llueve! ¡Ja, ja, ja! ¡Vamos, cierra el maletero! - Dice ella feliz.

Ella sube las ventanas delanteras para que no entre más agua en el coche. El cierra el maletero y corre rodeado el coche hasta encontrar el asiento del copiloto. Ella pasa a la parde de atrás y se deja caer en el colchón. Él una vez dentro pega un salto y hace lo mismo. Después los dos ríen.

- Ja, ja, ja. Ha sido divertido... - Dice ella feliz y emocionada...
- Sí... - Contesta él. Pero en realidad no la escucha. Solo la mira... Desea besarla. Pero después recuerda que ante todo quiere ser un chico bueno así que mira el móvil para comprobar la hora - Son las cuatro, debería llevarte a casa. Tus padres se enfadarán...
- No quiero irme... quiero estar contigo... - Dice ella tumbada de medio lado con el pelo todabía mojado y algunos mechones entre la cara.

Él la observa bajo la luz de la luna metida en aquel coche. Solo con él. Y entonces le pasa algo que hacía tiempo no le pasaba. Tal vez, sea de hecho la primera vez que le pasa. Quiere estar con ella, pero esta vez no necesita hacer nada. Solo tenerla abrazada contra él y mirarla y mirarla hasta que amanezca. Y eso hacen...

Hasta que amanezca....

Capítulo 64 - EL COLCHÓN


Los pies de Moreno flojean mientras baja las escaleras. Los de él más atrás hacen lo mismo. Mientras tanto Ángel da las indicaciones desde abajo.

- Con cuidado...  con suavidad 
- Podrías ayudar en vez de estar allí mirando - Dice Moreno
- Querido amigo, mi parte, es fundamental para esta operación colchón - Dice Ángel muy orgulloso de su trabajo. - Te he visto flojo, cógelo con más fuerza 
- Serás marica... - Contesta Moreno mientras intenta alcanzarlo y darle una patada. Por supuesto en broma
- Ja, ja, ja. Dejarlo ya tios... - Dice él desde la parte de atrás de la escalera.
- No entiendo para que quieres el colchón chaval... - Dice ángel pensativo mientras lo mira
- Ya lo verás, va ha estar genial... 
- Pensaba que la gente cuando echaba un polvo en el coche podía hacerlo sin problema directamente en los asientos tío... - Dice moreno
- Ya pero es que esta es pija... Igual es más cómoda. Ya has visto que una cama normal no le sirve... 
- Callaros ya. No es para echar ningún polvo... - Les corrige él - Ya hablamos que eso era demasiado pronto...
- Tío... para un hombre, no echar un polvo el mismo día que conoces a una pava ya es tarde... - Recuerda Ángel
- Ja, ja, ja. Que cabrón el "Angelillo". Ja, ja, ja
- No. Yo prefiero esperar con ella en serio. Tiene más encanto... 
- Está pillándose... - Dice Ángel
- Está pillado tío... 
- La estoy conociendo joder... pero es cierto. Hacía tiempo que no conocía a nadie como ella. 
- Hombre... ya te has conseguido meter en la cama con alguna de esas pijas con chalet durante este tiempo... - Recuerda Ángel
- Ya, pero esas si que eran solo para el polvo... - Contesta él
- Eh, cuidado que nos comemos toda la puerta 


Los tres chicos consiguen sacar el colchón después de un buen rato por la puerta trasera de la casa de él. Se acercan al coche destartalado y comienzan a hacer el montaje.

- Yo creo, que es una mariconada - Dice Ángel
- Tío, aun me acuerdo cuando te tatuaste el nombre de tu novia en la entrepierna... eso si que era una mariconada - Dice él 
- Ja, ja, ja. Que cabrón - Ríe Moreno 
- ¡Fue sexy y arriesgado! - Se defiende Ángel - Bueno dejarme ¿Vale? 
- Ja, ja, ja - Ríen los otros dos

Los tres tensan algunas cuerdas. Quitan el capó trasero del coche para hacer más espacio. Unos retoques por un lado y otros retoques por el otro.

- ¡Ah! Aquí tienes el mini portátil que te prometí. ¡Cuidalo macho! Que se lo he robado a mi madre y como se entre me corta mis preciados huevos... - Dice Ángel
- Gracias tío... 


Coloca el portátil en la posición adecuada y después entre los tres bajan algunas sábanas. - Pero queridos lectores... no penséis mal. No es lo que vosotros os imagináis.-
Mientras hacen un pequeño descanso tomando una cerveza y un cigarro - como de costumbre - El se centra en preparar algo en la cocina.

- Jo, como huele tío... - Dice Ángel mientras se acerca hacia la olla - Podrías darme un poco...
- Para buitre, que es para él y la pijilla - Le dice Moreno mientras le da un cachete en la mano. Y después hecha otro trago a la cerveza
- Joder que vida más injusta. Sara no me hace estas cosas... - Se queja Ángel bromeando
- Ja, ja, ja. Cabrón ni ella a mi tampoco se las estoy haciendo yo - Le corrige él
- Joder tío el mundo está cambiando. Ellas tienen el poder... 
- Ja, ja, ja - Ríe él. - Bueno, listo. ¿Qué hora es? 
- Las ocho y media tío. Ya puedes correr si te quieres poner guapo... - Dice Moreno. Y mientras Ángel se agarra los testículos y finge hacer un movimiento sexy. Bromeando con su amigo.

Después de la ducha. Elige un jersey sencillo y unos vaqueros. Los vaqueros se le escurren por detrás y se puede ver parte de sus calzoncillos. Y como siempre sus zapatillas sin abrochar hacen el toque final. Baja rápido las escaleras. Allí están sus amigos que lo han esperado mientras terminaba de hacer todo. Él coge lo que ha preparado y se dirigen los tres hacia el coche. Ángel coge unos cubiertos y moreno unas servilletas. Lo dejan todo en su correspondiente lugar fuera del coche y después lo observan.

- Tío... si esto que acabas de montar no le gusta... no te merece...
- Ha quedado guapisimo... Esta noche mojas... - Bromea Ángel de nuevo. Él le propina una patada en el culo.
- Creo que le va a encantar... - Dice él

Le va encantar... espero que te encante... Vuelve a pensar el por sus adentros. Que bonito es empezar a enamorarse y seguir desconociendo ese hecho de una manera u otra...

lunes, 17 de mayo de 2010

Capítulo 63 - PLANES



Salen de esa gran entrada tres chicas. Las tres bien vestidas con sus gafas prada. Sus bolsos de piel y la mejor ropa de temporada. Dejan atrás el edificio blanco. Es tan grande e impoluto que resulta demasiado artificial. A su vez salen más estudiantes todos con las mismas características. Los pasos de ellas tres son ligeros, estilosos y firmes.

- ¿Y ya está? ¿No insistió nada más? - Dice Angie
- Nada de nada, simplemente dijo que tenía razón. Bajamos a almorzar y pasamos el tiempo en el jardín. Fue divertido...
- Fue super raro, ¿Estás segura de que no es Gay? - Bromea Marie
- Ja, ja, ja. Claro que estoy segura... deberiais ver como me besa...
- Ja, ja, ja. Está enamorada... - Dice Angie. Y Marie la mira asintiendo
- ¿Y cuándo os volvereis a ver? 
- No lo se, no ha vuelto a llamarme...
- Eso es que vio que no había tema y te mandó a paseo cortesmente  - Dice Marie
- Ja, ja, ja. ¡Oh vamos! ¡Dejarlo ya! - Dice ella mientras mientras monta en el coche de su amiga.
- Cariño está comprovado. Los hombres son todos unos capullos...

Dice la amiga mientras las tres se suben al BMW para volver a su casa después de la universidad.
Con la radio alta, y sus estupendas gafas de sol continúan la conversación.
- Pues yo estoy enfadada con Ricard - Dice Angie
- ¿Y eso por qué? - Pregunta ella
- Ya sabes, lo de siempre, nosotras damos mucho y ellos no dan nada...
- Pues entonces déjalo, ¡Cómo si no hubiera tíos en el mundo! - Dice Marie, tan realista como siempre
- Un segundo chicas, me llaman. - Dice ella mientras mira la panllada del móvil. - ¡Es él, es él!
- Ahhh, ¡cójelo! - Dice Angie
- No, no... deja que suene un poco más... hazlo sufrir... - Aconseja Marie
- Ja, ja, ja. ¡Que mala! - Insiste Angie
- ¿Pero ya o no? - Dice ella
- ¡Vamos ahora!
- ¿Ya o no?
- ¡Si vamos cógelo!

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- ¿Sí? - Dice ella mientras mira a sus amigas. Las tres ponen cara de pillas
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- Hola. ¿Dónde estás? - Pregunta él, alegre como siempre
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- Estoy en el coche con unas amigas, bajando de la universidad. ¿Por qué?
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- Oh, vaya. Por nada...
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- No, no dime... - Insiste ella
- ¿Qué dice? - Pregunta Angie a meri susurrando
- Y yo que se - Le contesta la otra con otro susurro
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- Es una estupidez.
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- Insisto... - Dice ella de nuevo
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- Pues... verás, había subido hoy a buscarte a la universidad. Pero si ya estás bajando a casa entonces no hay problema. Ya quedaremos otro día...

Ella tapa el móvil con la mano

- Da la vuelta... la vuelta - Dice ella susurrando. Pero sus gestos son exajerados, como si quisiera gritar y en realidad no puede
- ¡Estás loca! Por aquí es imposible, ya estamos en la autovía... - Contesta de la misma manera Marie
- Odio cuando se chafan estos planes románticos... - Dice apenada angie
- ¡Pero si no puedo tia! - repite mari
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- ¿Hola? ¿Hola?  - Se escucha al otro lado del teléfono
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- ¡Pero cogelo! - Recuerda Angie
- ¡Esto, sí, hola, hola! - Dice ella

Angie se pone la mano en la cara mientras niega con la cabeza. Marie se ríe. Ella les pone cara de pocos amigos.

- ¿Puedes hablar? - Dice él
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- Mmm, sí. Sí, sí, claro - Contesta nerviosa - Verás... ahora es imposible vernos. Pero podríamos quedar esta noche para hacer algo. Estaría bien... si no tienes nada que hacer claro... - Dice ella, proponiénlode por primera vez un plan a él - y además por la noche.-
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- Ja, ja, ja.. No tienes que hacerlo porque te de pena que haya ido hasta la universidad a buscarte...
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- Oh, no... Me apetece...
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- Si es así... entonces, ¿A qué hora paso a recogerte?
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- ¿Sobre las nueve? - Dice ella
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- Perfecto. A las nueve pasaré. Deja el plan en mis manos...

miércoles, 12 de mayo de 2010

Capítulo 62 - DEMASIADO PRONTO



En el momento en el que piso el suelo frío de su habitación tenía muy claro todo lo que iba a hacer. Ese día mostró mayor atención a lo que ponerse. Un sujetador y un culote morados nuevos, una camisa rosa y unos tejanos. Sabía que también debía de oler bien, de esar agradable. Salió puntual de casa para evitar jaleos por su repetida impuntualidad y se esforzó por no saltar cuando su padre, siempre por las mañanas la sacaba dequicio. Eso es lo que ella hacía siempre que pretendía no ir a clase.

Cuando cogió el bus, tomó una ruta diferente. Bajó al centro y después cogió otro bus para ir a ese desconocido barrio por el momento. Las únicas veces que lo había pisado era borracha o resacosa - dos estados que no se diferecian demasiado.- Pero esta vez, sabía que estaba completamente sobria y que controlaba la situación.

Cuando llamó al timbre y se abrió la puerta allí estaba él. Con su albornoz blanco y el pelo aun húmedo recien duchado. Huele muy bien y ella se acerca a él para besarlo. El la besa con intensidad. Ella sin decir nada se deja besar. Y así, beso tras beso se abrazan más y más.

Sin darse demasiada cuenta suben las escaleras hasta la habitación, el la coje en brazos y ella enrrosca las piernas al rededor de su cadera. Agarra con las dos manos su cabeza y sigue besándolo. Y el la apreta hacia el fuerte. Se dejan caer en la cama y siguen besándose. No se oye nada más que su respiración, cada vez másfuerte y entrecortada.

Ella le quita la camiseta y el le desabrocha los botones de la camisa ansioso, con ganas de que ese trapito rosa desaparezca. Ella se deja y los dos siguen besándose. El sujetador morado es sexy, piensa él. Y así siguen. Los dos tienen ganas de dar el siguiente paso, ya no tienen 15 años ni son un amor adolescente. A los 20 años uno ya tarda menos en hacer algunas cosas... Y entre todas esas oleadas de calor algo los frena. No se sabe muy bien lo que es, pero los dos sienten lo mismo.

- Demasiado rápido.. - dice ella aun con la respiración entre cortada
- ¿Qué? - dice el mientras la besa
- No es el momento...
- Si no es el momento... entonces lo respeto. Lo siento...
- Oh no, el impulso ha sido mutuo. Pero cre que no es el momento... soy partidaria de mantener el encanto y el misterio por más tiempo...

Al decir eso, las ganas de él aumentan pero siente que ella tiene razón. El razonamiento de ella hace que él se sienta todavía más atraido.

- Tienes razón. Entonces... ¿Te apetece merendar?
- Me encantaría merendar... - dice ella con una sonrisa


- ¿Y entonces Qué? ¿Nada?
- Nada de nada... - Contesta él satisfecho
- Espera... la has tenido en tu casa a solas y ¿Nada? Tío no te entiendo... estás enfermo... - Y le pega un pellizco en el culo para picarlo - Te mola, te mola, te mola... - Insiste Ángel
- Ja, ja... Déjalo ya..
- Tío estás bajando el ritmo... el año pasado llegaban, te saludaban, les tocabas el culete y te ibas a su casa...
- Eso era el año pasado...
- Tío, me estás fallando... que hay de eso que decías...
- Eso ha cambiado
- Pero para que quieres una pudiendo tener a muchas más...
- No lo se, no elegí que apareciera en casa de carolina, pero apareció...

Llaman al timbre de la casa de él.

- Que pasa modernos... - Dice Moreno mientras entra por la puerta con un cigarrillo en la boca. - ¿Qué tal la mañana? ¿Ya no eres virgen? - Bromea
- Que va, ahora mismo estaba diciéndome que va a opositar para ser cura... - Dice Ángel mientras coje una cerveza de la nevera
- Se ha pillao de la moderna...
- Joder... dejarlo ya tíos - Dice él mientras sonríe

Los dos amigos se juntan y lo miran comicamente.

- ¿Y esa sonrisilla? Ja, ja, ja - Ríen los dos
- Está pillado...
- Si tío, está pillado...
- Bueno, es pijilla tiene pasta y buenas...
- ¡Callate! - La defiende
- Bueno, siempre has sido un romántico... - Dice Moreno - pero cuando haya tema... ¡Ya lo contarás! Ja, ja
- Estais enfermos tíos... - Bromea él

Y paso seguido los tres van al sofá. Se encienden un cigarro y brindan con sus cervezas.
-

jueves, 6 de mayo de 2010

Capítulo 61 - Las confesiones de ÉL




Después de ese beso cálido. Los dos se miran... sonríen. No hay nada más bonito que una sonrisa después de un beso de amor. Él le acaricia la mejilla, tiene ganas de volver a besarla pero se contiene, no quiere ser demasiado pesado. A ella le pasa lo mismo y sin saber muy bien porqué, siente la necesidad de decirle a él esas palabras mágicas. Sí, dos palabras... ocho letras... Pero después de lo que ha vivido no quiere precipitarse en algo así. Por otra parte se sorprende. Lo conoce desde hace ¿Cúanto?... unas semanas, Un mes o poco más... 

- Gracias... - Dice ella finalmente 
- No tienes por que dármelas... tenía ganas de saber que era lo que escondías y que no te dejaba avanzar... 
- Es que... me daba miedo que después cuando supieras toda la verdad te fueras... es egoísta ¿Sabes? Sin darte cuenta, y sin que me dé cuenta yo, tu me ayudas... 

El sonríe. 

- Tranquila...eso no va a pasar... como me lo pintaste tan malo, pensé que era algo mucho más grave... ya sabes, robar un banco, estar embarazada de un ex presidiario o matar a un hombre... - Dice irónico

Ella le suelta un codazo con una media sonrisa. Después lo mira. Sí... dos palabras...ocho letras...  

- ¡Eh, espera un momento! - Dice ella con un tono y unos gestos dramáticos - ¿Y tú qué?
- ¿Yo qué? - Pregunta él haciéndose el despistado 
- Sí, ahora te toca a ti... 
- ¿No me libro, no? 

Ella mueve la cabeza graciosa hacia los lados negando. 

- Pues lo mio es algo más normal. Me refiero, algo que pasa todos los días pero que no por ello... hace menos daño o es mejor. Cuando estás enamorado todo duele... - 
Cuando era un crío me enamore de una de las chicas de mi barrio. Era mi mejor amiga. Aunque bueno, creo que realmente yo era su mejor amigo porque para mí, ella era la chica que me gustaba... Ya conoces las estrategias de los hombres... 
- Te sorprenderías de lo que me suena esta historia... - Dice ella 
- Pues como siempre se dice... el que la sigue, la consigue. Conseguí a esa chica después de tener soportar algunos palos. Jugó conmigo, salió con otros y cuando se dio cuenta de que los demás la trataban como una mierda, entonces acudió a mí de nuevo. Y tonto de mí yo la acepté porque ella me gustaba. Yo he cambiado mucho... Cuando estuve con ella, perdí a mis amigos y me encerré en ella... Después cuando ya llevábamos tres años juntos ella me dijo que quería dejarlo. Aunque durante la relación ella siempre tubo dudas y no creía mucho en lo nuestro. Cuando me dejó, me enteré de que era por otro chico, y ella no me había dicho nada. Luego ella se fue, desapareció de mi vida sin dejar nada. Y yo... me quede solo por estúpido y tuve que empezar de nuevo. Uno de esos días tuve un accidente de moto, y casi muero. 

A ella se le estremecen las tripas. Solo de pensar que a él podría pasarle algo se muere. 

- Ella se enteró. Al igual que se enteraron de que tu estabas en el hospital. Pero ella tampoco vino. Creo que me hizo una llamada de dos minutos que me destrozó por completo. Después de esa relación decidí cambiar para que nadie se volviera a reír de mí. Ya han pasado dos años... y no soy la misma persona que era. La vida me ha dado una lección... 
- ¿Te has portado muy mal estos dos años? Por eso dices que has cambiado... 
- No creo que sea portarme mal. Creo que he sido como toda la gente que conozco. No me sirve de nada ser fiel con alguien, o tener una novia cuando puedo estar con muchas. Me he dedicado a estudiar poco, salir y beber mucho y estas con demasiadas chicas...
- No puedes ser así... porque hayas tenido una mala experiencia no puedes cerrarte a otras personas que no lo merecen... ¿Con cuántas chicas has estado después de que lo dejaras con aquella chica? 

El se queda callado... y la mira. Después tras unos segundo... ella reacciona y el va sonriendo poco a poco

- ¡No te acuerdas maldito cabrón! - Dice ella mientras le pega de broma y el ríe - quiero que me lo cuentes... 
- Oh vamos... no será algo cómodo para tí... 
- ¿Cómodo para mí? Por Dios, la mitad de mi vida la he pasado rodeada de hombres... ¡No me voy a sorprender...! 
- ¡Tu a mi no me has contado con cuantos estuviste después de dejarlo con aquel cobarde hijo de puta!
- Tu si que no podrías soportarlo cariño... ja, ja, ja... 
- Tu has estado... con... ¿Tres? 

Ella niega con la cabeza... 

- ¡Madre mía! Eso es que has estado con más... 
- No te creas... cuando dejé a ese chico... lo que hice primero fue beber y volverme loca... no sabía muy bien lo que hacía, así que durante el primer mes estuve con algunos amigos del pasado. Después llegó el verano y lo típico un rollo de verano... ¡Estoy segura de que tu si que has estado con muchas! Vamos, reconócelo

El no quiere contarle nada de su pasado porque pensará que es un Don Juan. Y no quiere que ella se lleve esa impresión de él. Porque esta chica le importa de verdad. 

- Esta bien... han sido muchas... No las recuerdo a todas... Solo se que la mayoría empezaron jugando, luego se pillaron de mí y yo no quería nada con ellas. Estaba con una, con dos, con tres a la vez y no me importaba nada porque yo pasaba de ellas. Solo las quería para lo que las quería, pasar el rato se suele decir... 
- ¡Así que lo que quieres es pasar el rato conmigo! - dice ella 
- ¡No! ¡Pero que... - y se intenta frenar para no parecer todavía demasiado interesado por ella. Pero no puede evitarlo, esa chica tiene algo que le gusta de verdad. Como no le gustaba antes ninguna otra, ni siquiera su primera novia... Esta chica era algo más real, más adulto y maduro... y lo que quería ella cuidarla y tratarla como la reina que él sentía que era... pero eso no podía decírselo a ella. - Eres especial para mí... no eres como las demás... - Dice él finalmente. 

Ella sonríe. 

- Así que estoy delante de todo un experto... - Dice ella 
- No te creas...
- Que modesto que eres... 
- No te creas... Mira, se que tú te estás enamorando de mí aunque no me lo quieras decir... - Dice él bromeando, aunque en realidad habla en serio. Quiere ver la reacción que tiene ella. 
- Pues... ¡ Qué estás diciendo! - Dice ella poniéndose nerviosa... Y después le pega 
- Ja, ja, ja. Tranquila rata... solo bromeaba patillo...
- ¡No me llames patillo! 
- ¡Te pone que te diga patillo! 
- ¡Eso no es verdad! ¡Y tú eres un pollo!
- Ja, ja, ja. ¡Ese es un mote nuevo!
- ¡Soy una chica creativa que esperas! - Y sigue pegandole mientras el la esquiva muerto de risa

Después el la agarra para que no le pegue más. Y tras un pequeño forcejeo el se acerca a sus labios y la besa agarrándola con fuerza para que se calle. 

miércoles, 5 de mayo de 2010

Capítulo 60 - Confesiones de ELLA (Parte II)



Ella lo mira todavía perpleja. Después continúa. 

- Me sentía impotente, no sabía que hacer. Lo había intentado todo para que volviera a ser como antes pero no. Un día estando en su casa me enfadé con él. No sabía que hacer, pero no podía seguir allí. Cada vez que discutía con él era como hablar con una pared, esperando siempre una respuesta. Prefería que me insultara o me gritara antes de que se quedase callado. Así que ese día me marché de su casa corriendo en mitad de la noche. Y en una esquina, mientras lloraba como una loca, sin saber muy bien porqué... me mordí la mano... fuerte, muy fuerte. No lo entendí, pero libere adrenalina, me sentí bien. Y así fue como comenzó. Sí. Las marcas de las manos y de los brazos me las hice yo misma. 

- ¿Pero porqué no me contaste esto antes? - Dice él sintiéndose impotente de no haberla podido ayudar en ese momento. De no poder partirle la cara al que le hacía sentirse tan mal. 
- Tenía miedo de que pensaras que estaba loca. Uno no se va autolesionando así como así. 
- ¿Qué más paso? 
- Después todo siguió a más. Empecé mordiéndome o arañándome. Pero todo fue a más. Me llegue a estirar del pelo y terminé en las marcas de mis brazos. Me arañé con un cristal... - El vuelve a sentirse rabioso -. Hubo un momento en el que no sabía que hacer con mi vida. Creo que deje de estar enamorada y se convirtió en obsesión por recuperar lo que ese chico era cuando lo conocí. Cuando salíamos, él me ignoraba, se iba con sus amigos. Cuando veía que algún chico se me acercaba no le importaba porque el me tenía asegurada. Terminaba siempre sola y borracha en una esquina del bar pidiéndole que nos fuéramos. Pero siempre me decía que esperara un poco. -
Siempre fue egoista para todo. Hasta en las cosas más simples, como ceder para ver una película, poner la música en el coche o ese tipo de cosas que hace la gente cuando está enamorada - 
Él y esas chicas consiguieron corromperme... he sido testigo de robos, fiestas nocturnas, tríos y orgías. 
- Pero... tú... - añade él 
- No, yo no llegué a participar en ninguna de esas cosas... - baja la cabeza - Aunque si que dejé que pasaran otras... he besado a chicas. O he besado a una chica y a un chico a la vez. Incluso dejé que le comieran la boca al que fue mi novio... En ese mundo todo vale, y yo sin saber porqué deje que pasara... 
Un día, él desapareció sin decirme nada. Espere horas y horas a su llamada... nada... Llame para localizarlo, llamé a su casa, a sus amigos... Él estaba enfermo... pensaba que le había pasado algo... pero no era así. Solo me evitaba... ese fin de semana, se lo pasó de fiesta con chicas de su clase emborrachándose... después tubo la vergüenza de subirlas al tuenti sin problema. Cuando la vi me di cuenta... lloré y lloré. Me levanté y fui dispuesta a coger el teléfono para acabar con todo. Pero me desmayé y caí por las escaleras. Tuvieron que ingresarme... 

El traga de su propia saliva mientras tiene los puños cerrados.  La mira fijamente sin decir nada para dejarla seguir hablando 

- Nadie vino... nadie estuvo conmigo en el hospital. A la vuelta, creo que fue el último resquicio de dignidad que me quedaba lo que me hizo llamarlo para dejarlo con él. 
- Y ahí terminasteis... 
- Sí. El muy cobarde me hizo de todo para que lo dejara yo finalmente. Y fue tan falso de coger el teléfono y de fingir que no sabía quien era. Después ese día se terminó. En ese momento me sentí sola, perdida... me hice más veces daño... tuve que ir al psicólogo y al psiquiatra. Durante ese tiempo solamente sabía beber, son todo lagunas... No tenía sentido ni rumbo la vida... fue una tortura. 
Después de eso tampoco las llamé más a ellas. Y ellas a mi tampoco. Desaparecieron de mi vida y siguieron encerradas en su burbuja de drogas, sexo y alcohol... y yo intentando encauzar la mía. 
- No necesito escuchar más. Lo estoy pasando mal... - dice él finalmente
- El último mes del verano, fui a ver a mi mejor amiga, se llama Carla. Pase allí mucho tiempo. Fue una terapia para mí. 
-¿Aun vas al psicólogo? 
- No ya no. He decidido dejarlo por mi propia cuenta. 
- Es valiente por tu parte... Pero no es nada malo ir... Se lo que es eso. Mi madre tuvo una depresión durante más de ocho años y he vivido muy de cerca lo mal que se pasa. 
- No quería contarte todo esto por si yo te asustaba...
- Todos tenemos derecho a volver empezar...todos merecemos una segunda oportunidad. Y por ese hijo de puta, ¿Qué? ¿Ya no sientes nada?
- No... - "Y todo gracias a tí" piensa ella... pero eso no se lo dice... - Al principio fue duro... tonta de mi lo llamé dos o tres veces más después del día que lo dejamos. Cuando abrí los ojos y se me fue el amor que le tenía me di cuenta de como era, y de que dejarlo había sido una de las mejores cosas que había hecho en la vida...
- Ese tío no te merecía. No era un hombre... era un pelele... 
- Pero en su momento... estaba cegada. Ahora si que losé. Y si que lo entiendo todo... 

Él siente que lo odia. Lo odia por lo que le ha hecho a ella. Si lo tuviera delante le partiría la cara. Le pegaría y lo escarmentaría para que pisara el mundo real... y aprendiera una lección. Pero después lo olvida... Ella ya lo ha olvidado y ahora está ahí con él; Sincerándose, contándole toda la verdad. Quiere besarla...tocarla, abrazarla, decirle que él nunca sería capaz de hacer algo como lo que le hicieron en el pasado. Pero simplemente se acerca a ella colocando allí su silla. La mira y con eso ya le dice todo... Después ella sonríe y el... sonríe dulcemente y baja la cabeza... y luego... se besan despacio... como si no hubiera nadie más en el bar...


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Capítulo 59 - Confesiones de ELLA (Parte I)


A la mañana siguiente cuando la fue a buscar a la universidad, él sabía perfectamente que era lo que tenía que hacer. 
Lo primero que hizo cuando la vio fue besarla públicamente, porque ella le gustaba de verdad y quería que la gente también lo supiera. Ella no se opuso en ningún momento y le devolvió el beso. Después la llevaría a un bar y tomarían un café, porque ya era hora de hablar en serio. Habían hablado de muchas hasta el momento, también habían discutido... pero lo que no habían hecho ninguno de los dos nunca... era hablar de su pasado. Un bar llamado El Musical fue la elección de ellos. Y una vez dentro, cuando se sentaron ella, sintió también el motivo por el que los dos ese día estaban allí. 

- Muy bien, por donde quieres que empiece - Dijo ella concienciada de que esa mañana iba a descubrirle a él muchos secretos que solo le pertenecían a ella. 
- Empieza por el principio... - Le dice él tranquilo. Está sentado en frente de ella muy atento. No quiere perderse ni un solo detalle. 
- Hace tres años... Mi vida era muy diferente a la vida que tengo ahora. Tenía unas amigas de la infancia de toda la vida y salíamos con un grupo de chicos también. Al principio todo iba genial, sin problemas, pero después mis amigas se pusieron a salir con dos de los chicos del grupo y allí cambió todo. -
Como toda pareja se distanciaron del resto del grupo, y quede yo sola con unos cuantos chicos. De ahí  mi vena masculina en algunas ocasiones... - 
Una de las chicas era mi mejor amiga, y durante el tiempo que lo fue, para mí fue la mejor amiga que se puede tener con quince años... pero comenzó con su novio y me olvidó. Yo en ese momento no lo entendí y me enfadé con ella. Como tres chicas es mal número, la que estaba excluida aprovechó que ella y yo estábamos enfadadas para hablar mal de mí y finalmente me dieron de lado. Así que me quedé sola... - 

- Que malas sois las mujeres... - Añade él... 

- Uno de esos días en los que salía con el resto de chicos del grupo, apareció una chica. Diferente a lo que yo conocía de antes. Era la típica niña rica, muy extrovertida. Vivía en una casa de las centro... y toda su ropa era de marca... Nunca había visto nada así y siempre había querido encontrarlo. 
Las dos nos caímos genial, y un día me presentó a sus amigas. Un séquito de chicas guapas, altas y rubias me esperaban con los brazos abiertos. 
Los primeros meses fueron geniales. Ellas tenían lo que toda chica podía desear, mucha ropa, una casa preciosa, miles de chicos a su alrededor, coches lujosos, vacaciones, y fiestas muchas fiestas... 
Adoraba ese mundo... era genial ir con ellas de compras, siempre terminaban comprando mi ropa y a ellas no les suponía ningún esfuerzo. Después empecé a meterme más en su mundo, en sus celebraciones... llenas de chicos guapos y ricos que competían por cual era el mejor deportivo. - 
Ese tipo de gente no valora la vida, van a la universidad de paso y ya tienen sus vidas resueltas hagan lo que hagan... 
Yo me llené la cabeza de pájaros y exisjí a mis padres cosas más caras, más lujosas, una buena universidad. Y un día, cuando llegué a mi casa borracha como una cuba y vomité en la taza del WC, me di cuenta de que lo había conseguido, ya era una de ellos.  - 

El la mira perplejo escuchando su historia. No imaginaba nada así. La escucha atentamente para no perderse ni un solo detalle y se alegra de haberla encontrado para poder protegerla ahora... 

- No se muy bien que me impulsó de manera tan fuerte a dejarme llevar por ellas. Supongo que me sentía sola, incomprendida. Y ellas parecía que me ayudaban. 
Uno de esos días en los que no te esperas que pase nada diferente al anterior, mis nuevas amigas y yo fuimos a una fiesta. Y allí estaba él. 
- ¿El? - Pregunta el aun más intrigado 
- Sí. Recuerdo que parecía el típico chico perfecto. Llevaba su coktail en la mano y sonreía con esos dientes perfectos para que todos lo vieran. Tenía a su alrededor siempre a gente y eso le encantaba. Un chico como él había estado con todas las mujeres de esa casa. Pero esa noche, había algo nuevo que hacer: YO. Esta gente se termina aburriendo de todo, porque puede tenerlo todo. Y el que yo no le prestara atención avivó un poco su deseo hacia mí. Así que se apostó con sus amigos que iba a conseguirme. Hizo una apuesta con ellos y empezó a jugar. 
Yo, ingenua de mí, vi llegar a ese chico como un príncipe que me rescataba. Se montó el papel de niño perfecto, llevándome a restaurantes lujosos, comprándome ropa bonita y siendo increíblemente tierno conmigo. Mi terquedad se fue rebajando hasta que terminé pillada por él. Mejor dicho, extremadamente enamorada de él.- 
Cuando consiguió enamorarme de verdad, se acostó conmigo. Fue el primero que lo hacia. Para el fue estúpido, pero para mí fue algo muy especial. Y ya sabes lo que dicen... 

- Sí, cuando una mujer se acuesta con un hombre siempre se termina enamorando.  - Termina el la frase mientras sigue mirándola. 

- Exacto. Y eso es lo que me pasó. Después de ese día cambió. Me mentía, me evitaba. Era increíblemente egocéntrico. Le encantaba la fiesta, beber y beber. El siempre tenía que se el mejor. Tras ese cambio repentino yo no entendía nada... Y me negaba a creer que él fuera así después de como se había comportado conmigo. Así que insistía e insistía por recuperar lo que no existía. De la impotencia que sentía hacía él. Uno de los días comenzó... 

- ¿Qué comenzó? - Pregunta él sin intentar conseguir a que se refiere. ç
- ¿Recuerdas la última noche de pilares? ¿Cuando despertamos en tu casa? ¿Recuerdas que me preguntaste que eran las marcas de mis brazos? 
- Sí - añade él 
- Pues esas marcas... - Dice ella mientras baja la cabeza avergonzada. - No quiero que pienses que estoy loca o que te lleves una idea equivocada de mí. 
- ¿Esas marcas te las hiciste tu verdad?

Ella lo mira y se queda pletórica. No sabe que decir...

CONTINUARÁ... 

domingo, 2 de mayo de 2010

Capítulo 58 - ZAPATILLAS DE IR POR CASA



Después de volver a degustar unas hamburguesas de Mcdonnals en el Mcauto, él la acerca con el coche a casa. El viaje resulta ser algo embarazoso para los dos. Ella se pregunta porque no se ha dejado besar y él hace lo mismo. Le gustaría preguntárselo, decirle porque te cuesta tanto besarme sin beber unas copas. Y ella a la vez piensa lo mismo Porque él no me besa, y cuando lo hace yo me aparto. 

Durante el viaje solo se escucha la música del auto. Ellos no hablan, no se tocan, no se miran... Ella siente miedo. No quiere que vuelvan a hacerle daño y él tampoco. Son los dos mucho más parecidos de lo que se imaginan aunque aun, en cierta medida desconocen el porque. Cuando el coche llega a la casa de ella, se hace un silencio. Un silencio necesario y a la vez incomodo. Finalmente se rompe.

- Bueno... - Dice él soltando la típica frase tabú de cuando no se sabe que decir...
- Bueno... pues...supongo que ya nos veremos... 
- Sí...
- Sí...


Es evidente que ambos quieren besarse. Pero ahora ninguno de los dos se atreve. Ella tiene miedo, y él no quiere que ella vuelva a apartarse. De un empujón abre la puerta del coche y se dispone a salir.

- Espera... - Dice él mientras ella cierra la puerta del coche. Después esta se asoma por la ventanilla
- ¿Qué pasa?
- ¿Ya está? ¿Te vas así, sin más?
- Sí, así sin más... Lo siento... - Pero en la mirada de ella hay un profundo miedo. También pena e impotencia por no hacer lo que realmente desea. Pero después de que ambos se quedan mirando durante unos segundos, ella se gira para entrar a su casa.

Al cerrar la puerta del jardín, se apoya sobre ella. Y él arranca el coche tras esperar unos segundos a ver si ella vuelve a salir. Sí, la esperanza es lo último que se pierde. Pero allí no sale nadie.

Ella avanza hasta la puerta principal de casa, se siente estúpida, tonta, insoportable y completamente confundida.

- Hola hija, tienes mala cara ¿Estás bien?


Ella mientras mira el móvil. Solo han pasado unos mitunos y él no debe estar muy lejos. Se da cuenta entonces de que cada persona es diferente, de que debería perder esta vez el orgullo y tenerlo solo con quien se lo merece. Marca precipitadamente los números de su móvil. Un toque, otro... nada, no lo coge. Pero no se rinde. Ella vuelve a intentarlo... Un toque, otro, un tercero...

- .... - Y después respira la voz de él - ¿Sí? 
- ¡Por Dios vuelve ahora mismo! - Dice ella
- ¿Para qué? ¿No he tenido ya bastante por hoy? 
- Necesito que vengas, por favor...
- Pff - Resopla - Tal vez vaya ahora... - Dice él cediendo pero sin decirlo claramente.

Ella espera mirando desde la ventana de la habitación principal de arriba. Desde allí se ve cuando llegan los coches a su casa. Finalmente ve acercarse a ese cochecillo destartalado. Se lanza rápidamente hacia las escaleras, sale a la calle sin ropa de abrigo y se olvida de cambiarse las zapatillas de ir por casa. Fuera llueve, pero le da igual, los pies se le mojan y ni se da cuenta. Entra y el coche con el pelo mojado. Él entonces arranca serio sin decir palabra hasta una zona más apartada de su casa.

Frena en un camino escondido lleno de hierbajos y musgos. Después la mira indignado. A ella le va más rápido el corazón cuando ve sus ojos fijos y profundos clavados en ella. Entonces, se le olvida que decir.

- ¿Y bien? 
- Lo siento... 
- No te entiendo... ya me perdonarás - Dice él irónico, confuso y a la vez molesto
- ¡Tenía miedo, vale!
- ¿Pero miedo a qué? ¡Miedo a que por Dios! ¿Qué más quieres de mí?
- ¿De tí? De tí no quiero nada más ya... espero algo de mí... ¡La culpa es tuya!
- ¿Mía? No, la culpa es tuya por ser tan increíblemente consentida... un día quiero, al otro no. Un día lo beso y al siguiente prefiero no hacerlo. Mañana no lo llamaré y si al siguiente me apetece tal vez lo haga... Las chicas como tú sois todas iguales... 
-¡Deja ya de despotricar! No eres perfecto tampoco... Te crees que puedes despreciar a todas las personas que no sean como tú. Parece que odies al mundo, que te hayan hecho algo. Y la culpa es tuya ¿Sabes por qué?
- ¡ Deleitarme!
-¡Qué te deleite!
- ¡Sí niña mimada! ¡hazlo!
- Esta bien asqueroso barrio-bajero repelente!
- Muy bien pija campera... 
- ¿Pija campera? 
- ¡Sí pija campera, mimada, y todo lo demás!
- ¡Lo demás que es!
- Lo demás es que no me dices porque tengo yo la culpa de que tu seas así
- A lo mejor no me estás dejando que lo haya
- Tu eres la que no me deja a mi hacer nada ¡Me confundes! ¿Qué quieres? Quieres que te abrace... quieres que no lo haya ¿Te beso o no? O después me apartarás la cara pero al instante me llamarás y me confundirás diciéndome que vuelva...
- ¡Oh Dios! Tú no sabes nada...
- Solo se que eres una orgullosa...
- ¡Tú eres el orgulloso, no yo!
- ¡Oh por favor! Si no fueras orgullosa ahora en vez de discutir... me habrías besado
- ¡Tu conmigo también habrías hecho lo mismo!
- ¡Entonces no se porque estamos haciendo esto!
- ¡Eres tu el que lo complica!
- ¡Me estás volviendo loco! ¡Eres tú la que se aparta! 


Y mientras gritan y discuten, esta vez, los dos ceden. Ella avanza, él también y entonces se besan. Se besan suave y apasionadamente con los ojos cerrados en aquel coche. Debajo de la lluvia que empaña los cristales. Y así pasan un rato, disfrutando el momento, sintiendo cada vez más...Ella separa sus labios de los de él un poco.

- Es tu culpa... Porque eres tan increíble que me haces tener mucho miedo... - Confiesa ella finalmente...

Después los ojos de él la miran fijamente a ella. Después él mira sus labios con deseo. Con ganas de volver a besarlos y así lo hace. Otra vez dulcemente debajo de la lluvia. Y así un buen rato.

Ese día, ella dejÓ su orgullo a un lado y cedió. Lo llamo para no perderlo. Más adelante seguramente él le diría a ella que nunca se quita el orgullo. Pero posiblemente, se le escape el detalle de que ella ese día lo fue a buscar... Un día importante para ambos, ya que realmente ESE FUE EL PRIMER DÍA QUE SE BESARON DE VERDAD...