"Espero que vivas todos los días de tu vida"

domingo, 31 de enero de 2010

Capítulo 29 - LAS TRES REGLAS DE ORO



Si había algo que ella tenía muy claro es que poseía un don. Los hombres siempre se movían acorde a tres reglas básicas: La primera de todas, un amigo es un amigo. Es decir, ellos estarán cuando una mujer les rompa el corazón; por eso no deben olvidarse de ellos. 
La segunda: Nunca les hables en futuro o de compromisos serios porque eso les hace salir corriendo. 
Y la tercera, aunque por ello no menos importante, la regla que contradice a ambas: Cuando se trata de una mujer guapa, ellos suelen olvidar las dos reglas anteriores para cometer la "estupidez" de hacerle caso a ella. 

Este era el caso del último tipo de personaje que siempre forma parte de una fiesta. 

- Haber si lo he entendido, ¿Piensas coger esa litrona llena que acaban de poner en la barra? - Pregunta él "flipando" por lo tranquila que ella le ha explicado su plan. 
- Exacto 
- Y... ¿Cómo pretendes que no se entere de eso?
- Es sencillo ¿Ves a ese chico de allí? - pregunta ella. Él mira la litrona y al lado ve al chico al que ella se refiere. Asiente - Pues ese chico es el que va a robar nuestro cubata, aunque el pobre ni siquiera lo sepa claro... - Dice ella divertida 
- Ah, ¿Sí?, ¿Y como pretendes hacerlo si puede saberse?
- Observa - Contesta ella muy segura de si misma. - Oye perdona... - Dice mientras mira coqueta al chico. Este se mira a si mismo y después la mira a ella asombrado de que se esté dirigiendo a él. - ¿Te importaría acercarme el cubata que tienes al lado? Es mío y no llego... - Después sonríe dulcemente 
- ¿Este?
- Sí, sí, muchas gracias... - Lo agarra y desaparece de la barra, se escabulle entre la gente y se arrima a él. - ¡Boila! 
- Yo flipo contigo en serio... ¿Así de simple? - pregunta el asombrado 
- Son las armas de mujer... 
- Pues yo no me dejaría engatusar tan fácilmente por algo tan simple como eso... - contesta él seguro de si mismo ahora. 
- Puede que no... pero aquí estás disfrutando de mis logros... - Dice divertida alzando la litrona en señal de victoria simulando un brindis. Coge una de las pajitas y le pasa la otra a él. Beben a la vez del mismo baso mientras se miran con una media sonrisa divertida. Está claro, que no saben que ese primer vaso de alcohol esta noche les va a conducir a una noche inolvidable, digna de recordar... 

Ya sabéis... Los borrachos y los niños nunca mienten... 

sábado, 23 de enero de 2010

Capítulo XXVIII - PERSONAJES DE UNA FIESTA


En toda fiesta siempre hay unos prototipos de personas que nunca pueden faltar en un evento como ese.
Está el que va a la fiesta para lucirse. Eso conlleva ser el más extravagante de todos, llevar el coche más caro o soltar las frases más ingeniosas a lo largo de toda la noche.
Por desgracia Marc (ese chico estúpido) era algo que solía controlar muy bien en los ambientes por los que él se solía mover. Pero en este tipo de fiestas, sus frases no impresionaban demasiado al personal. Solo a unas cuantas lagartas desesperadas, grupo de mujeres que tampoco suele fallar en ninguna fiesta con un poco de glamour.

- Así que finalmente decidí cortarme el pelo para hacerme un cambio de look. La verdad que ha gustado mucho donde vivo, porque claro, mis amigas siempre dicen que el que es guapo, es guapo siempre...
- Jajaja - Reía su unisono de animadoras alrrededor de él. Todas, menos ella, la que le interesaba realmente.

En las fiestas, también está aquella persona que acude únicamente por compromiso. Tiene que ir porque ya ha quedado, porque es una fiesta y no hay excusas disponibles. Ese tipo de personas no participan mucho en la conversación de grupo. De hecho, suelen desaparecer pronto... utilizando cualquier cosa como pretexto para marcharse... En este caso, ella estaba resultando ser de ese tipo de personas y buscaba cualquier excusa para poder escaparse con él sin que pareciera demasiado cantoso por ninguna de las partes.

Ella pensaba como era posible, que sus amigas le rieran las gracias a ese creído, que solamente sabía hablar de él y de su físico. Encontró rápido la respuesta, ya que en los tiempos que corrían y especialmente en los tiempos de sus amigas, el físico era un rasgo importante a tener en cuenta. Posiblemente ella también le hubiera dado un papel importante a ese factor, pero ya estaba demasiado arta de los chicos tan "perfectos", no había tenido buenas experiencias.


Los que van allí para pillar cacho, son un grupo muy relevante en las fiestas. Siempre hay alguien en una fiesta que va a ver si esa noche tiene suerte. Esa noche, Beatriz, una de las mejores amigas de ella - nuestra protagonista- parecía que esa noche tenía los astros de su parte. Desapareció a los cinco minutos de entrar allí, comiéndole la boca a un supuesto amigo suyo.

No podemos olvidar a una de los componentes más importantes de toda la fiesta. Aquella persona, que sin querer hace sombra al que más desea conseguir el protagonismo.
Él, estaba allí solamente por ella. Pero ese prepotente que no paraba de hablar de su pelo le estaba poniendo enfermo. Tubo ganas de acercarse a él y pegarle un tortazo, pero se contuvo. Seguro que ella no estaba acostumbrada a ese tipo de chicos, y no quería asustarla. Él no era para nada violento, pero estaba claro que no se había criado de la mano de un grupo de niños pijos como del que ella formaba parte y ese tipo de actos   posiblemente no estarían muy bien visto por todo ese grupito de niños mimados.

- ¿Qué te pasa nena? ¿Te estás aburriendo esta noche o qué? - pregunta Marc a ella.
- Mmm, no no, estoy bien... (obviamente miente)
- Yo no la creería... - Él se acerca a los dos. Marcando su territorio, dejándose notar y mandando a Marc una señal que todo hombre comprendería cuando se trata de "competir" por una mujer: "A mí también me interesa y no lo vas a tener fácil".
Marc entiende el mensaje, lo mira rivalizante.
- Ah, ¿No?, y porqué... - Pregunta Marc irónico
- Pues... no debe ser muy divertido estar en una fiesta como está, donde la gente se ensucia, bebe cerveza barata y grita canciones de un grupo de melenudos tener que estar escuchándote toda la noche hablar de tu pelo... 

Ella suelta una carcajada. Marc se gira rápido a mirarla y se da cuenta de que posiblemente él tiene razón. Después ellos dos se miran tensos. Marc lo mira con odio, él esboza una pequeña sonrisa de auto control y después la mira a ella dulce, simpático y descarado. Ella se queda clavada en el suelo, siente un impulso enorme de cogerlo y llevarlo contra ella.

- ¿Quieres algo de beber? - pregunta él
- Claro, ¿Calimocho?- contesta ella
- ¿Quieres pedirlo conmi... - añade Marc. Pero él le corta
- Vale, te invito a uno a medias conmigo... - y después se aleja de la barra

Ella se queda pensando. Después mira a Marc posando en todo momento giñandole el ojo a una de sus amigas mientras saca musculo. La amiga le sonríe y ella siente nauseas. Gira la cabeza y ve al otro lado como el se dirige hacia la barra para comprar el calimocho que van a compartir.

- ¡Eh, esperame! - Grita ella. Ni muerta se queda allí delante de ese panorama.

Él se para en seco. La mira mientras se acerca a él.

- Aquí el calimocho es muy caro y no tenemos demasiado dinero para beber toda la noche - Dice ella
- Lo se... pero habrá que beber... 
- Claro, pero yo espero poder beber toda la noche gratis... - dice ella picara
- Jajaja, ¿ Ah, sí? ¿ Y que sugieres? - Contesta él..
- ¿Siempre estás subestimandome verdad? Las pijas también tienen técnicas para conseguir descuentos... 


Finalmente, y por ello no menos importante. También en toda fiesta se encuentra el típico tonto que no sabe decirle que no a una chica guapa, pero este... lo explicaremos en el siguiente capítulo. Parece que sera una noche larga...



miércoles, 20 de enero de 2010

Capítulo XXVII - ROTONDA,SEÑAL,CARRETERA



-¡En la señal de tráfico azul que hay en la rotonda!
- ¡No te oigo! - Grita ella desquiciada intentando escuchar algo entre todo ese murmullo de gente andando de un lado para otro, con sus cubatas, sus empujones de aquí para allá.
- ¡En la señal azul, la que esta en la carretera! ¡En la rotonda! - Él insiste, eso es el caos personificado en un montón de hormonas jóvenes y adolescentes.
- ¿Rotonda?
- ¡Sí! R-O-T-O-N-DA-S-E-Ñ-A-L-C-A-R-R-E-T-E-R-A
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- ¿Pero que está diciendo? - Pregunta una de las chicas que están con él
- Esta hablando con esa chica, la que estuvo en la fiesta de Carolina hace un mes - Contesta la mejor amiga de él, la chica rubia divertida, Anna.
- No se que puede ver él en ella. Esa chica es insoportable, una creída, no tiene nada que ver con el grupo - Dice la otra chica enfadada. Mientras tanto, ella lo mira a él con rabia y por un instante desea ser ella.
- ¿Estás celosa? - Pregunra Anna a su amiga
- ¿Quién yo? ¿Por esa mocosa engreida y delgaducha? Ni en sueños...

Anna la mira, ha sido la contestación de cualquier mujer celosa de otra. Está más segura que nunca de que es así. Mientras tanto, ve como él, su mejor amigo se aleja del grupo y le hace una señal con la mano para indicarselo. Debe ir a buscarla, al parecer se han terminado entendiendo.
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- Oye en serio, no entiendo nada... - dice ella desesperada con una mano en la oreja y en la otra el móvil.
- ¿Por qué no te das la vuelta pequeña piltrafilla? - dice él divertido

Cuando ella se gira, el está allí, en la señal de tráfico de la rotonda. Se miran. Ella lo ve más guapo que nunca, con esa sudadera blanca. Le queda muy bien ese color, piensa ella.

- Anda, hola...
- Hola.. - contesta él con una sonrisa. Y después se dan dos besos, como si se tratara de un saludo cortés entre dos desconocidos. - ¿Vienes con nosotros?
- ¿Con quienes?
- Con el grupo, también está Anna
- Oh, vaya verás me gustaría pero no recordaba que había venido una amiga desde lejos y hoy salía con ella. De hecho, cuando me llamaste esta noche y te dije que estaría bien quedar hoy, al colgar me di cuenta de que ya tenía planes. Pero puedes venir tu con nosotros... - Ella lo mira con cara dudosa. Indicándole a lo lejos donde están sus amigos.

Él puede ver a un grupo de chicas parecidas a ella sentadas bebiendo. Y al lado, a un tío parecido a un maniquí con camisa negra. ¿Qué estúpido viene a esta fiesta como si se tratara de un bautizo?. piensa él. Y después cae en la cuenta de que ese debe de ser el pesado baboso que la persigue a todas partes. Está fuerte ese chico. Además aunque a él le parezca increíblemente patético tal vez a ella pueda atraerle. Piensa que es mejor estar cerca del enemigo. Él saca su móvil y llama a su amiga

- Anna, no me espereís, me voy con ella, os llamaré más tarde para ver donde estais.

Vaya, vaya... parece que va a ser una noche divertida...

martes, 19 de enero de 2010

Capítulo XXVI - SALVADA





Eran exactamente las nueve y media de la noche. Sentada, en un rincón del baño alumbrada por única luz que procedía de debajo de la puerta ella temblaba y lloraba. Tenía entre las manos una cuchilla de afeitar.
Tal vez parece algo estúpido e incomprensible, pero esa acción, no era una simple acción. Era una tortura con la que ella cargaba desde hacía varios meses. Tal vez demasiados...

Fuera de si, intentó pensar en los motivos negativos de hacerlo. Pero los nervios no la dejaban pensar con claridad. Ella sabía que no era buena idea y que después de hacerlo se arrepentiría. Llevaba un buen camino y muchos meses de esfuerzo como para tirar ahora todo por la borda. Pero un pequeño desliz, posiblemente no hiciera demasiado daño. Después de todo necesitaba una vía de escape para desahogarse. Había vuelto a discutir con sus padres y no había escuchado demasiadas cosas receptivas hacia ella. Se sentía tan mal que necesitaba algo que la hiciera olvidar. Una vía de escape, un motivo para dejar de pensar en todo lo que no quería pensar. Comenzó a rasgar entonces la piel de su muslo con la cuchilla de afeitar. Cuando eso pasaba era imposible que pudiera parar asta haber conseguido hacerse demasiado daño como que su propio organismo no la dejara seguir auto lesionándose. Pero esa noche sucedió algo diferente. Su móvil sonó. Y entre todas las sombras del baño pudo verlo vibrar iluminado encima del WC.

Era él. Se dio cuenta entonces de que aun no lo había llamado para quedar esa noche, de que con todo lo que había sucedido no había tenido tiempo de pensar en lo que de verdad quería. Cuando eso pasó, respiro profundamente inhalando la mayor cantidad de aire posible y contestó. Lo hizo como siempre. Aparentemente alegre y divertida como en las anteriores ocasiones

- ¿Hola? - Dijo él al otro lado del teléfono al ver que nadie hablaba
- Hola... iba a llam...
. Como he visto que no llamabas...
- Sí, sí iba a hacerlo de hecho ahora, he estado ocupada - contesta ella algo indecisa
- Oye, carolina no va a venir hoy con nosotros... - Añade él con miedo por si ella decide entonces no ir - Pero bueno, podríamos quedar en las carpas... cuando estuvieras allí podrías llamarme...
- Sí, vale... te llamaré, me parece una buena idea

Él extrañado de que haya resultado tan fácil se despide de ella. Y ella se deja caer al suelo respirando de nuevo profundamente. Al menos esta noche verá a alguien interesante. Después recuerda que ya tiene otros planes. Ha quedado con unas amigas y con ese estúpido que se acopla a todas partes para verla. Por un momento, eso le da igual... estará él y eso es lo que importa. La noche no será tan aburrida como la anterior.

Sale del baño y se tumba en la cama. Se toca la pierna. Solo está roja, no le ha dado tiempo de hacer algo más que superficial. Cierra los ojos y entonces es consciente. Sin querer él la ha salvado...

lunes, 18 de enero de 2010

Capítulo XXV - RESACA



Esa mañana se levantó con el corazón palpitando a mil por hora y con un nudo en el estómago. Le pasaba muchas veces, se despertaba sobresaltada y a la vez cansada, como si algo la atormentara, no la dejara dormir por las noches. Era otra pesadilla.
Las pesadillas que tenía desde hacia meses prácticamente todas las noches. Cuando eso sucedía, el día que le seguía no era bueno.

Miro por la ventana ¿Qué hora era? ¿En qué día estaba? Ah, era Sábado, Sábado día 10 de Octubre. Esa noche parecía que había pasado una eternidad y solo hacia unas horas había estado con aquel niñato estúpido entre todo el barullo de gente mientras su cabeza solamente podía pensar en él...

Mientras tanto, algo lejos de allí, una rallo de luz entra por la persiana de madera de su habitación. Él se retuerce entre las sábanas, pone la almohada encima de su cabeza. Maldice el día que el organismo decidió tener resaca e intenta tragar un poco de saliva - resulta prácticamente imposible. ¿Qué hora es? Vaya días de desfase. Después nada más levantarse se sorprende, ella le viene a la cabeza ¿Cómo le habrá ido la noche?

Ella baja las escaleras de su casa y se llena un bol de cereales integrales, le duele la cabeza. Resaca, las odia y cada vez más.
Él busca en la despensa algo para picar, termina haciéndose unos huevos fritos con bacon. Se dispone a comerselos cuando llaman a la puerta de su casa. Sus amigos. Todos van hacia el salón, como siempre alguno pasa antes por la nevera y roba algo, otro coge unas patatas y los demás se dejan caer en el sofá. El rubio delgaducho saca de su bolsillo el "entretenimiento": Porros.

Ella disfruta como el agua fría le cae por toda la cara, que alivio darse una buena ducha. Después se tira en la cama y enciende el ordenador. Mientras los chicos ríen como locos en el sofá efecto de la droga.
Ella se aburre, no hay nadie interesante con quien hablar. Que tonta, se da cuenta de que solamente ha entrado para ver si él está conectado. Quiere hablar con él, quiere verlo, lo hecho de menos la noche pasada.

Después de la "fiesta" los chicos se despiden y prometen otra igual. Él muerto de hambre se hace un bocata y se tira de nuevo en el sofá aun algo afectado por la maría. Ve el portátil, lo enciende y después la ve a ella conectada. Siente unas ganas locas de hablar con ella pero una parte de él está enfadado. Ella no le llamo la noche anterior y esperaba que lo hiciera. De todos modos, ahora no esta de humor para dejarse llevar por el orgullo así que le habla:

ÉL: La próxima vez que me conecte y no me hables tú, yo tampoco lo haré 
ELLA: Jajaja, lo siento no me ha dado cuenta de que estabas conectado... (miente)
ÉL: ¿Qué tal a noche? ¿Muchos admiradores? 
ELLA: Ha habido noches mejores y sí demasiados, gracias 
ÉL: Y esta noche... ¿Qué haces? 
ELLA: Iré a donde me lleve el viento... 
ÉL: No te irá a llevar por casualidad con Carolina, ¿no? 
ELLA: No creo... no me parece que hoy vaya a ser un buen día, hay un pesado que volverá a insistirme para que vaya con él 


Otro chico, a él le suena mal, no le gusta saber que hay otro chico por allí. Otro chico que la estará molestando o que a saber que. ¿Y si ese chico la besa? ¿Y si a ella le gusta? ¿Y si pasa algo entre ellos? Esas cosas nunca se saben... no puede evitar entonces:

ÉL: Bueno, yo hoy vuelvo a salir... puedes quedar conmigo. Cuando tengas algún plan avísame o me llamas... 


Ella se muerde el labio mientas sonríe. ¿ Llamará? Quien sabe...


domingo, 10 de enero de 2010

Capítulo XXIV - LLÁMAME




Hay momentos en la vida en los que pierdes los nervios. Te vuelves impulsivo y por un instante, se te olvida todo lo que tienes a tu alrededor para hacer lo que en ese momento sientes ganas de hacer. Sin importar tus principios, perdiendo tus miedos, no atención a los demás, te haces un favor... y ¡Zas! 

Ya habían salido de aquel bar. Y gracias a dios que ya lo habían hecho... ella no habría podido soportar a ese mocoso mucho más tiempo. Tenía que hacer algo rápido. Dejarlo allí, ponerle alguna excusa barata, irse a casa o incluso perder el orgullo y llamarlo. Llamarlo a él, al chico que le encantaba - aunque no lo quisiera reconocer- .
- Y eso es lo que más me raya ahora mismo... - dice de fondo ese capullo que la acompaña

Ella sale de sus pensamientos, no estaba perdiendo el tiempo en escucharlo

- Perdona, ¿Qué decías? - Pregunta ella, fingiendo prestarle atención
- Mi pelo, me raya ahora ¿Sabes?, está demasiado corto y no ha gustado demasiado...
- Ah... comprendo... - Dice ella pensando en las múltiples posibilidades para asesinarlo sin que nadie pueda verla
- ¿Crees que me queda demasiado mal? Bueno, muchas también me han dicho que me queda bien, ellas dicen tú estás guapo de todas las maneras. El que es guapo, es guapo siempre ¿No nena?, jajaja...

Esa risa se le incrusta en los más profundo del tímpano. Por un instante siente que va a gritar y va a salir corriendo... no puede escucharlo ni un segundo más... se va a su casa.
No, espera un segundo. Ella no quiere irse a casa, son las fiestas de su ciudad, no va a dejar que un estúpido se las estropee, no sería justo para ella. Después de lo mal que lo ha pasado, todo lo que ha llorado... - Eso es otro tema...- No. Claro que no, tal vez todos no sean así, tal vez tenga que abrirse un poco, dar una oportunidad a las personas, darle una oportunidad a él...
Saca el móvil mientras su acompañante no deja de hablar de si mismo.  Va a llamarlo, va a dejar de lado su orgullo.

- ¿Pasa algo nena?, ¿has quedado con alguien?
- Esto... - La mano de ella mientras tanto vibra. La están llamando. Sus ojos por un instante se abren, es él. La ha salvado y la ha llamado. Está feliz, por un instante pierde la noción del tiempo. Va a poder verlo. Mira deseosa la pantalla: Angie.  No, no es él... - ¿Si? - Contesta ella finalmente.
- Tía, ¿Dónde te metes?, !llevamos días intentando localizarte¡ ¡Hoy fiesta baby! ¡Sí! - Grita Angie al otro lado del teléfono.

Bueno, no es él pero al menos es una amiga de la universidad. Tal vez sea ella su ángel de la guarda.
Intenta que el chasco no le dure más de unos segundos. En su interior da las gracias a Angie por haberla llamado en el momento preciso. Además, de este modo no va a tener que llamarlo a él, y quedar como una idiota pareciendo ir detrás de él. Sí, mejor así.

Pero dentro de ella algo le falta. No se divierte como todos los días, no ríe tampoco como los anteriores. No siente esa sensación de plenitud, no está completamente a gusto. Entre la multitud lo busca ingenua. Será imposible verlo esa noche, hay demasiada gente. Sus amigas la abrazan, beben y bailan. Ese estúpido creido que las acompaña no deja de mirarla todo el tiempo. Que pesado, piensa ella.

Mientras tanto, solo a unos cuantos metros de ella y de su grupo está él. Al lado de una barra, en el hueco donde siempre está con sus amigos, al lado del escenario. Todos beben y se divierten, gritan y disfrutan de la música. Él también salta, también bebe, habla con otras chicas - pero sin saber porqué, ve a ella en todas-. Se da cuenta entonces de que no es tan divertido sin ella, de que le gustaría que apareciera...
La rubia divertida se acerca a él, es su mejor amiga.

- ¿No te ha llamado?
- Que va... - contesta él
- Entonces supongo que hoy no la verás - contesta mientras le da una palmadita en la espalda y se aleja alegre

No, hoy ellos no se verán. Ella no le ha llamado y él necesitaba que lo hiciera... posiblemente sea mejor no hacerse demasiadas ilusiones con esa chica. No es mutuo. Pero que está pensando... Él tampoco siente nada por ella... ¡Qué estupidez!

miércoles, 6 de enero de 2010

Capítulo XXIII - LA VENTANA MÁS FEA DEL MUNDO



Existen millones de maniobras para evitar a un hombre que no soportas. Pero cuando ya has quedado con él, las estrategias se reducen a un minúsculo número. Y las posibilidades de que no se sienta ofendido por el rechazo son prácticamente inexistentes. En este momento es cuando es intervienen los amigos. 


- Carolina.... - dice ella susurrando dentro del baño del bar desesperada 
- ¿Qué? Habla más alto no te oigo... - contesta su amiga al otro lado del teléfono 
- Carolina, S-O-C-O-R-R-O. Estoy con un tío gilipollas... 
- ¿Con ese que ibas a quedar?
- Sí, con ese. Pero por suerte ahora bajaremos a las carpas donde está la fiesta...
- Ah, hablando de las carpas,,, - Dice la amiga de ella intrigada - ¿Estuviste a noche con él no?
- Sí. - Claro que estuvo con él, se perdieron, discutieron, rieron como locos, casi les atropella un coche y llego a casa con millones de rozaduras en los pies, pero no ella no pudo evitar contestar... - Me lo pase genial, ya te contaré. 
- Ya se algo... pero no estará mal escuchar tu versión. 
- Vaya, así que él te ha contado algo.... - Dice feliz. Eso quiere decir que habla de ella sin ella, que la recuerda y que él a llamado a carolina para comprobar posiblemente si ella salia también sin que pareciera interesado. - Bueno dejemos el tema - Dice ella cuando se da cuenta de que ha parecido demasiado entusiamasda por él - ¿A que hora quedamos hoy? 
- Yo hoy no salgo - Dice carolina - Mi novio ha venido y quiero aprovechar tiempo con él. - Claro, ella ya no se acuerda de que existe algo llamado "pareja" a lo que ella tiene fobia. 
- Oh vaya... - dice ella triste. Egoísta mente la decepción es porque si su amiga en común no sale, ella no podrá verlo a él, ya que no tienen ninguna escusa para quedar... 
- Pero él si que sale, llámalo. Bueno tengo que dejarte, ya hablaremos mañana para quedar, ¡Un beso!


"Él si que sale". Pensó en las palabras que le había dicho su amiga. Miro en la agenda el número de telefono de él. No, eso no era una buena idea. Se dejo caer en la taza del WC. Se sintió orgullosa y enfadada al mismo tiempo. Estaba deseando verlo, pero él no la había llamado tampoco. Eso quería decir que él no tenía ganas de verla y que ella quedaría como una estúpida enganchada a un chico con el que solo había tenido tres o cuatro encuentros. Prefirió pensar así... y dejo de lado la idea de que él no la llamaba por el mismo motivo que no lo hacía tampoco ella.


Ella sale del baño, comienza a bajar las escaleras y consigue encontrar con la mirada a su acompañante. Ese estúpido que le ha robado toda la tarde. Allí esta mirandose en el reflejo que hace el cristal de la ventana. Ella siente nauseas... En ese instante le parece la ventana más fea del mundo y por un momento, parece cambiar de opinión...


Tal vez sí que lo llame.