"Espero que vivas todos los días de tu vida"

martes, 20 de abril de 2010

Capítulo 57 - INOLVIDABLE


- No se como lo haces, ¡Yo no consigo hacerlo! - Dice ella - ¡No se tragarme el humo!
- Ja, ja, ja. Es todo práctica... observa - Y da una larga calada. Después cierra los ojos y todo le parece más cercano a él. Cada sonido, cada movimiento... La luz, las sombras y todo lo que le rodea se vuelve borroso y se sume en la relajación. Ella agarra el porro y le da otra calada. 

- No se si lo hago bien... ¿Qué hay que notar exactamente? 
- Relajación... 
- Pues entonces lo hago mal. - Dice ella sentada como un indio en el asiento delantero del coche 
- Ja, ja, ja ¿Estás frustrada? 
- Tal vez, pero probablemente más por el hecho de que estoy fumando un porro
- ¿Y qué tiene de malo? 
- Pues... es droga, ¿No? 
- Solo a grandes cantidades... Porque fumes de vez en cuando no te vas a morir niña perfecta... 
- No soy una niña perfecta... 
- Lose, pero te esfuerzas por intentar parecerlo... ¿Sabes? La gracia de las cosas está en las imperfecciones... - Y la mira a los ojos - No tiene nada de especial que alguien haga todo bien. Es aburrido, monótono... si te confundes es ahí donde está realmente la gracia, donde dejas de ser como todo el mundo para convertirte en lo que te diferencia del resto... - Aspira una calada larga - No serás mejor que otros por lo bien que hagas las cosas. Sino por como sepas solucionar aquellas cosas que hagas mal. 

Ella continua sentada sentada allí y observa como él cierra los ojos. 

- ¿En serio, tienes sueño? 
- Ja, ja. ¿Tú no? 
- No, la verdad es que no... 
- Eso es porque no vas fumada... 
- Yo quiero saber que se siente estando fumada... - Dice frustrada
- En realidad yo no... 
- ¿Por qué? 
-  Si te gustara y te engancharas no me sentiría muy bien. No me lo perdonaría...
- Hablas como un padre. ¿Y tú? ¿Estas enganchado? 
- Mmm, no. Solo es un pasatiempo más. No fumo desde hace tanto... fumo desde mi época loca 
- ¿Y cuándo comenzó tu época loca? 
- Cuando tu eras muy pequeña ratilla... - Dice riéndose para picarla. Ella le suelta un manotazo y él vuelve a reírse. - ¿Y tú qué? ¿Desde hace cuanto te esfuerzas por ser tan perfecta? 
- Desde que me di cuenta de que había hecho muchas cosas mal en mi vida... 
- Siempre hablar de que te pasó algo malo en el pasado, pero nunca me lo cuentas... 
- Tu tampoco me cuentas a mí porque te comportas como lo haces. Como si pasaras de todo y en realidad no pudieras hacerlo en serio. Como si alguien te hubiera hecho daño, como si tuvieras miedo... 
- No intentes adivinar que esconde la complejidad de mi persona...
- Tal vez no seas tan complejo como tú piensas... 


Se miran fijamente. Está guapo, piensa ella.

- Va, dale otra calada... 
- No se fumar... está comprobado 
- Tengo un truco perfecto para que consigas tragarte el humo. Te lo pasare yo. - Toma una calada grande del porro. Este se enciende y se va desgastando.

Él se acerca a su cara, a sus labios. Ella se acerca a él y el corazón le va más rápido. Ella abre la boca, él también la suya y deja salir el humo de sus pulmones que llega hasta la boca de ella. Sin darse a penas cuenta el humo baja hasta sus pulmones y ella lo siente. Se separan despacio el uno del otro. Y ella siente esa "relajación" de la que él hablaba.

- Vaya... tal vez ahora si que lo siento un poco más... - Dice mientras ríe
- Ja, ja, ja. Ahora si que empiezas a ir fumada pequeña rata. Ja, ja, ja
- Ja, ja, ja - Ríen los dos efecto de los porros

Ella se deja caer en el asiento del coche inclinado. Cierra los ojos con una sonrisa en la boca.

- Me apetece cantar... - Dice ella
- Pues deberías hacerlo. De hecho, aun me debes una canción... 


Ella lo mira un poco avergonzada y arrepentida de haber dicho lo que pensaba en alto. Pero él la mira con ganas de escucharla y ella no sabe decirle que no. Así que toma aire y canta:

- "A veces me pregunto si, yo viviría igual sin tí. No se si yo sabre olvidarte...
Y en un instante puedo ver que tu eres cuanto yo soñé, inolvidable para mí. 
Me pareció otra historia que, el tiempo se llevó con él. Tu no me dejes más...
Nunca me dejes... 


Inolvidable y nada más, y nada menos tu serás, tu no me dejes más, nunca me dejes. 
Inolvidable y nada más, de tí me puedo enamorar... tu no me dejes más... 


Eres intensamente mío, lo más que tengo y que tenido, 
Ahora y siempre te veré... en mi mirada... inolvidable..." 


Se hace el silencio. Los dos se miran. Ella ha escuchado mil veces aquella canción. La ha cantado posiblemente aun más. Pero nunca la había entendido realmente hasta el momento. Lo mira, se da cuenta de que ese chico le gusta. Él sigue mirándola a ella fijamente y se acerca para besarla mientras olvida todo. Sus miedos y sus preocupaciones desaparecen por un instante para dejar paso a las ganas que le tiene. Sin embargo, ella siente miedo. Y conforme él se va acercando  ella se aparta buscando cualquier excusa.

- ¡Tengo que hacer pis! 


Y sale del coche acalorada y algo aturdida todavía por los porros. Se esconde detrás del primer matorral que ve y después de un largo momento de concentración consigue hacer pis. Él mientras tanto espera en el coche confuso. Se siente estúpido de nuevo. No sabe a que juega esa chica. Primero no lo besa cuando ha ido esa mañana a buscarla a clase, y ahora cuando se ha acercado dulce y temerosamente tampoco. La ve aparecer a lo lejos y se da cuenta de que no puede estar enfadado con ella. Le apetece picarla un poco. Así que cuando se acerca para subir al coche, él lo arranca para que no pueda abrir la puerta. Ella se acerca de nuevo hasta el coche y él repite la misma operación. Ella comienza a agobiarse y él empieza a reír.


- ¡Ábreme la puerta! ¡Para! 


Él ríe desde dentro y sigue haciendo lo mismo. Algunos coches que pasan se ríen al verlos. Es una imagen divertida. Finalmente el cede y ella entra al coche.

-¡Te odio!
- ¡Oh, vamos. Sabes que no! -  Y le despeina el pelo después
- ¡Ahhh! - Y lanza sobre él
- Ja, ja, ja, ja. ¡Se te nota hambrienta! Debería comprarte una hamburguesa antes de que te decantes por mí... 

lunes, 12 de abril de 2010

CAPÍTULO 56 - UNO DE MIS SECRETOS


Esa mañana no estaba resultando ser demasiado divertida. Primero esa profesora de comunicación a la que apenas podía escuchar. Después una mandarina como merienda y por si fuera poco, se había levantado a las siete de la mañana aquel día. Sí, a las siete... 

Después de haber vivido una de sus mejores vacaciones, volver a la universidad era como una bofetada, un pozal de agua fría en toda la cara. Solo había algo que la había hecho despertarse con una sonrisa: él. Y otro motivo que se la había quitado: "posiblemente aquí se acababa todo". Ahora que todo volvía a la normalidad, ya no habría más paseos en coche, más noches locas o más besos dulces; y eso la atormentaba. 

Se paso toda la mañana viendo algunas de sus fotos, pensando en él y en que estaría haciendo y alguna que otra vez tomaba apuntes. 

- ¿Quién es? - Pregunta una de sus compañeras mientras hecha un vistazo a lo que estaba viendo ella
- Estonadie... 
- Sí ya... claro... - Contesta Angie pícara 
- Bueno es un amigo... 
- Ese es algo más... - Añade Mary 
- ¡Oh, de acuerdo! ¡Está bien! Nos liamos... 
- ¡Ahhh! - Gritan las dos al unísono - ¡Cuenta, cuenta! 

Y así se pasa toda la mañana hablando de él. Sin entender porqué, no puede dejar de hacerlo, no puede olvidar... 

- Bueno, ¿Ya te has zumbado a la morenita? - Pregunta el chico rubio mientras roba una cerveza de la nevera de su amigo
- Jaja, eres un cabrón. No le hagas esas preguntas al chico - Contesta otro rubio delgaducho y de ojos azules al que apodan Moreno. 
- Eh, callaros tíos... - Dice él
- Ja, ja, ja. Estas hecho un maricón... - Dice el que bebe una cerveza 
- Si he hecho algo o no, no es asunto tuyo... 
- ¿A sí? ¿Y desde cuando? Que yo sepa cuando estuviste con esas dos a la vez nos lo contaste capullo - Le responde
- A que te quito la cerveza - Amenaza él 
- Ahora que lo dices, podríamos hacer unas papas con revuelto - Propone moreno - Y tu sin vergüenza, deja de acosar al chico con preguntas incomodas... - Dice mientras le roba al otro un trago de cerveza. Moreno tiene la cara con una cicatriz en el labio, un ojo rojo y muchas historias que contar. El otro, el chico de la cerveza, tiene algunos puntos en la ceja, debajo del labio y en la frente. Una pelea del barrio, como pasa siempre. 
- Yo estoy jodido tíos, Sonia no me da amor... - Se queja moreno
- Ja, ja, ja... que cabrón... - Ríe el otro - Bueno que, ¿Entonces la tuya nada? ¿No es de la que les gusta tocar la flauta?
- Ja, ja, ja - Ríe Moreno

El otro se acerca y le pega un manotazo. 

- ¡Au tío! ¡Joder que haces! 
- No me gusta que hables así de ella. Si sigues así te vas marchando de mi casa 
- No entiendo porque la defiendes tanto si te tiene a dos velas... - Contesta el amigo...
- Pues por eso mismo moderno... por eso mismo, tu también pareces nuevo - Bromea Moreno. - Bueno, y hablando de la pija morena, ¿Dónde está?
- En la universidad... - Contesta él. Y después sonríe 


Las clases han sido eternas. Todo está como antes de las vacaciones. Algunos se han liado, otros han discutido, otros siguen con su vida normal e incluso gente lo ha dejado con sus parejas. A la salida de clase ella se encuentra con Carolina. 

- ¡Carol! 
- ¿Qué tal? 
- Bien, un poco amargada por la vuelta... 
- ¿Qué tal las vacaciones? ¿Mucho amor? - Bromea refiriéndose a él. Ella lo entiende y le pega un empujón simpático. 
- Que va tía, creo que eso ya se acabó... - Dice aunque no esté a favor de ello 

El móvil de Carol suena entonces. 
- Sí, ja, ja. Todo en orden.... Sí... ¡Qué si pesado! - Y después cuelga 
- Ja, ja, ja. ¿Pero qué pasa? - pregunta ella 
- Nada solo un amigo que... me ha pedido que te entretenga para poder venir a recogerte... - Contesta Carolina 

Entonces, entre aquellos Audis y Mercedes de niños ricos aparece ese coche viejo de segunda mano. El coche de kilómetros infinitos de ese color azul desgastado. Y allí esta él... Ha venido a buscarla. 
Ella lo mira desde lejos y parece que haya pasado una eternidad mientras que solo han pasado unas horas. Esta guapísimo con esa camiseta vieja remangada. Con sus tejanos caídos y las zapatillas desabrochadas. El pelo le brilla con el sol y está tostado. Y la barba de dos días ya se asoma y lo hace aun más interesante. 

Mientras él se acerca con su media sonrisa, ella no sabe muy bien que decir. Detrás de él están sus dos amigos.

´- Vaya pijerio macho... - Dice el de los puntos
Compórtate coño... que estamos rodeados de señoritas modernas y con dinero - Añade Moreno...
- Hola - Dice él 
- Hola... - Dice ella mientras sonríe y se aparta un mechón de pelo colocándole detrás de la oreja. - Vaya, que sorpresa... - Quiere besarle, pero no lo hace. No hay "nada" entre ellos y no sabe si alguno de sus amigos están enterados. Además, ¿Y si el no quisiera? 
- Carol me ha ayudado - añade él 

- Eh... esa si que está buena - Dicen los otros dos por detrás 
- ¿ La rubia ? 

Ella los mira. 

- Bueno, ¿Nos vamos? - Pregunta él cuando ve que sus amigos comienzan a perder el control 
- ¿Irnos? ¿A dónde? - Pregunta ella intrigada 


Unos minutos después Moreno y su amigo ya han bajado del coche. Y es el turno de carolina. Esta se despide poniendo cualquier excusa barata para dejarlos solos. 

- Bueno, ¿Qué quieres hacer? 
- ¿Ahora? Pensaba que ibas a dejarme en mi casa... 
- ¿Por qué, a caso tienes hora? 
- No
- Eso pensaba... 
- Bueno, ¿Y entonces que propones? 
- Propongo una buena comida rápida, en medio de la nada y uno de mis secretos..
- ¿Uno de tus secretos? 
- Sí, una cosa que viene muy bien para poder dormir la siesta... - Dice sonriente 
- Ella lo mira algo confusa... 
- Ja, ja... Tranquila... no es sexo... 

Y pega un acelerón con el coche