Esa mañana no estaba resultando ser demasiado divertida. Primero esa profesora de comunicación a la que apenas podía escuchar. Después una mandarina como merienda y por si fuera poco, se había levantado a las siete de la mañana aquel día. Sí, a las siete...
Después de haber vivido una de sus mejores vacaciones, volver a la universidad era como una bofetada, un pozal de agua fría en toda la cara. Solo había algo que la había hecho despertarse con una sonrisa: él. Y otro motivo que se la había quitado: "posiblemente aquí se acababa todo". Ahora que todo volvía a la normalidad, ya no habría más paseos en coche, más noches locas o más besos dulces; y eso la atormentaba.
Se paso toda la mañana viendo algunas de sus fotos, pensando en él y en que estaría haciendo y alguna que otra vez tomaba apuntes.
- ¿Quién es? - Pregunta una de sus compañeras mientras hecha un vistazo a lo que estaba viendo ella
- Esto, nadie...
- Sí ya... claro... - Contesta Angie pícara
- Bueno es un amigo...
- Ese es algo más... - Añade Mary
- ¡Oh, de acuerdo! ¡Está bien! Nos liamos...
- ¡Ahhh! - Gritan las dos al unísono - ¡Cuenta, cuenta!
Y así se pasa toda la mañana hablando de él. Sin entender porqué, no puede dejar de hacerlo, no puede olvidar...
- Bueno, ¿Ya te has zumbado a la morenita? - Pregunta el chico rubio mientras roba una cerveza de la nevera de su amigo
- Jaja, eres un cabrón. No le hagas esas preguntas al chico - Contesta otro rubio delgaducho y de ojos azules al que apodan Moreno.
- Eh, callaros tíos... - Dice él
- Ja, ja, ja. Estas hecho un maricón... - Dice el que bebe una cerveza
- Si he hecho algo o no, no es asunto tuyo...
- ¿A sí? ¿Y desde cuando? Que yo sepa cuando estuviste con esas dos a la vez nos lo contaste capullo - Le responde
- A que te quito la cerveza - Amenaza él
- Ahora que lo dices, podríamos hacer unas papas con revuelto - Propone moreno - Y tu sin vergüenza, deja de acosar al chico con preguntas incomodas... - Dice mientras le roba al otro un trago de cerveza. Moreno tiene la cara con una cicatriz en el labio, un ojo rojo y muchas historias que contar. El otro, el chico de la cerveza, tiene algunos puntos en la ceja, debajo del labio y en la frente. Una pelea del barrio, como pasa siempre.
- Yo estoy jodido tíos, Sonia no me da amor... - Se queja moreno
- Ja, ja, ja... que cabrón... - Ríe el otro - Bueno que, ¿Entonces la tuya nada? ¿No es de la que les gusta tocar la flauta?
- Ja, ja, ja - Ríe Moreno
El otro se acerca y le pega un manotazo.
- ¡Au tío! ¡Joder que haces!
- No me gusta que hables así de ella. Si sigues así te vas marchando de mi casa
- No entiendo porque la defiendes tanto si te tiene a dos velas... - Contesta el amigo...
- Pues por eso mismo moderno... por eso mismo, tu también pareces nuevo - Bromea Moreno. - Bueno, y hablando de la pija morena, ¿Dónde está?
- En la universidad... - Contesta él. Y después sonríe
Las clases han sido eternas. Todo está como antes de las vacaciones. Algunos se han liado, otros han discutido, otros siguen con su vida normal e incluso gente lo ha dejado con sus parejas. A la salida de clase ella se encuentra con Carolina.
- ¡Carol!
- ¿Qué tal?
- Bien, un poco amargada por la vuelta...
- ¿Qué tal las vacaciones? ¿Mucho amor? - Bromea refiriéndose a él. Ella lo entiende y le pega un empujón simpático.
- Que va tía, creo que eso ya se acabó... - Dice aunque no esté a favor de ello
El móvil de Carol suena entonces.
- Sí, ja, ja. Todo en orden.... Sí... ¡Qué si pesado! - Y después cuelga
- Ja, ja, ja. ¿Pero qué pasa? - pregunta ella
- Nada solo un amigo que... me ha pedido que te entretenga para poder venir a recogerte... - Contesta Carolina
Entonces, entre aquellos Audis y Mercedes de niños ricos aparece ese coche viejo de segunda mano. El coche de kilómetros infinitos de ese color azul desgastado. Y allí esta él... Ha venido a buscarla.
Ella lo mira desde lejos y parece que haya pasado una eternidad mientras que solo han pasado unas horas. Esta guapísimo con esa camiseta vieja remangada. Con sus tejanos caídos y las zapatillas desabrochadas. El pelo le brilla con el sol y está tostado. Y la barba de dos días ya se asoma y lo hace aun más interesante.
Mientras él se acerca con su media sonrisa, ella no sabe muy bien que decir. Detrás de él están sus dos amigos.
´- Vaya pijerio macho... - Dice el de los puntos
- Compórtate coño... que estamos rodeados de señoritas modernas y con dinero - Añade Moreno...
- Hola - Dice él
- Hola... - Dice ella mientras sonríe y se aparta un mechón de pelo colocándole detrás de la oreja. - Vaya, que sorpresa... - Quiere besarle, pero no lo hace. No hay "nada" entre ellos y no sabe si alguno de sus amigos están enterados. Además, ¿Y si el no quisiera?
- Carol me ha ayudado - añade él
- Eh... esa si que está buena - Dicen los otros dos por detrás
- ¿ La rubia ?
Ella los mira.
- Bueno, ¿Nos vamos? - Pregunta él cuando ve que sus amigos comienzan a perder el control
- ¿Irnos? ¿A dónde? - Pregunta ella intrigada
Unos minutos después Moreno y su amigo ya han bajado del coche. Y es el turno de carolina. Esta se despide poniendo cualquier excusa barata para dejarlos solos.
- Bueno, ¿Qué quieres hacer?
- ¿Ahora? Pensaba que ibas a dejarme en mi casa...
- ¿Por qué, a caso tienes hora?
- No
- Eso pensaba...
- Bueno, ¿Y entonces que propones?
- Propongo una buena comida rápida, en medio de la nada y uno de mis secretos...
- ¿Uno de tus secretos?
- Sí, una cosa que viene muy bien para poder dormir la siesta... - Dice sonriente
- Ella lo mira algo confusa...
- Ja, ja... Tranquila... no es sexo...
Y pega un acelerón con el coche
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