"Espero que vivas todos los días de tu vida"

lunes, 22 de marzo de 2010

Capítulo 55 - HISTORIAS DE AMOR


- ¡Pisa el freno!, ¡No! ¡El acelerador no! ¡El freno he dicho!
- ¡No recuerdo cual es el freno!
- ¡No ese es el embrague!¡Yo digo el freno! ¡En medio! ¡En medio!
- ¡Lo he encontrado, ya esta!
-¡No! ¡Qué haces! ¡No lo pises de gol...!
- ¡Ahhh!

Y el freno para el coche en seco. Los dos dan un salto y se envuelven en una gran nube de polvo. Se oye cantar a un pájaro. Después ella lo mira a él aterrada y él la mira de la misma manera.

- Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja - Ríen los dos sin parar
- Ha sido divertido
- ¡ Pensé que nos íbamos a choca con la pared del fondo!
- ¡Pero si está lejisimos! - Ríe él
- ¡Lo sé! Pero lo pensé
- Bueno, está bien, probemos de nuevo. Pisa el embrague y una vez pisado suéltalo poco a poco mientras aprietas suavemente el acelerador... - Le dice el paciente - ¡Suavemente!
- Lo se, lo se... ¡Es que me pongo nerviosa!
- Tranquila... tu ve despacio - Dice - ¡Eh! Tienes que poner primera antes de arrancar... ya te lo he dicho
- ¡Lo siento! Es que son demasiadas cosas en tan poco tiempo...
- Ja, ja, ja... ¡Estás muerta de miedo! ¡Me encanta!
-¿Te encanta?
- Sí. Siempre pareces muy segura y listilla de todo. Me gusta que no seas tan perfecta como pareces ser. Así tienes más encanto. Bueno, está bien, prueba de nuevo

Ella arranca con más seguridad. Despacio, poco a poco, siguiendo las indicaciones de él. El coche comienza a moverse, esta vez con más soltura y con más control.

- Oh Dios mío, ¡Se mueve! - Grita ella
- Tranquila... ahora gira el volante...

Ella sigue sus indicaciones y el coche va moviéndose cada vez mejor.

- ¡Estoy conduciendo! ¡Mira, estoy conduciendo! - Le dice ella muy emociona
- Ja, ja, ja... Sí... ya lo veo...
- ¡Es genial! Probemos otra vez... - Dice ella emocionada. Él la mira y sonríe
- Vale... probemos otra vez... - contesta dulcemente


Ya es de noche. Y se nota que el invierno llega, hace más frío de normal. Él y ella están dentro del coche volviendo del descampado donde han pasado una tarde dando clases de conducir. Parece que eso les ha avivado el apetito y han parado en un Mc-auto a comer algo. El menú: unas hamburguesas con patatas y nugets de pollo. Después el destino los ha llevado hasta un parque donde saborear ese pequeño festín. 

- ¿En qué piensas? - Pregunta él mientras ve como ella mira fijamente su hamburguesa. 
- Estaba pensando en que seguro que ya no me olvido de ti nunca en toda mi vida... 
- Ja, ja. Vaya, ¿Y eso por qué? 
- Pues porque la primera vez que he conducido a sido contigo. Entonces no tendré más remedio que recordarlo. Es como todo... siempre recordamos las primeras veces... el primer beso, la primera vez que hicimos el amor... pues también se recuerda la primera clase de conducir...
- Visto así, resulta una comparación muy romántica - bromea. Ella le suelta un empujón 

Sentados en la hierba del parque como si fueran indios, saborean la comida. Están a gusto, y aunque hace un poco de frío no parecen notarlo. Después ella se da cuenta de que están teniendo algo parecido a una primera cita. Es la primera vez que salen solos y que las fiestas de la ciudad han terminado. Ella lo mira, siente curiosidad por saber que cosas esconde alguien como él... 

- Dime, ¿Qué es lo qué más te gusta? 
- ¿Lo qué más me gusta?
- Sí, cuales son tus aficiones, que haces en tu tiempo libre... - Pregunta ella
- Pues... me gusta... Me gusta la montaña, tocar la guitarra, los animales también... de pequeño quería ser veterinario - Dice sonriendo mientras baja la cabeza pensando en aquellos momentos.
- Ja, ja, ja ¿En serios? ¡Yo también quería ser veterinaria! Cuando era pequeña, teníamos en casa algo parecido a un Zoológico. Todos los gatos que llegaban a mi casa pidiendo algo de comer terminaban quedándose y tenían camadas. Igual que los pájaros que caían de los árboles o incluso las lagartijas... 
- Ja, ja, ja ¿De verdad? 
- Sí, cuando moría algún animal obligaba a mi familia a hacer algo parecido a un entierro... 
- Ja, ja, ja
- ¿Y qué más? 
- Pues... como ya sabes tocar la guitarra, cantar, irme de cerveza con los amigos... también me gusta la lluvia. 
- ¿La lluvia? 
- Sí, los días de tormenta me inspiran. Me hacen sentir bien... - Dice él mientras la mira. 

Ella sin darse cuenta tiembla. Se da cuenta de que él, es alguien fascinante y que lo tiene sentado ahí delante, al lado de ella. De repente, siente que ya lo conoce de toda la vida aunque haya aparecido solo hace unos meses. Siente una gran conexión. 

- ¿Y tú qué preguntona? ¿Qué cosas te interesan? - Dice él. Y la saca de esa burbuja en la que estaba sumida. 
- A mi... también me gusta la lluvia... me gusta que llueva por la noche y disfrutar el sonido desde dentro de la cama... también opino que los días de tormenta... son increíbles para hacer...
- Para hacer el amor... - Se adelanta él 
- Ja, ja, ja. Sí, es un clásico pero son geniales...
- Opino lo mismo... - Sonríe 
- Me gusta mucho también filosofar sobre la vida, la música, ya lo sabes...
- Sí, lo se. Pero aun no me has cantado... - Le recuerda él 
- ¡No es el momento! Pero lo haré... Si seguimos hablando claro... dice ella divertida. 
- Así que te gusta filofar sobre la vida... 
- Sí. Me gusta pensar en porque estamos aquí, porque no nacimos en otro lugar. En el destino vaya. ¿El hombre de tu vida está destinado para tí o lo eliges tú? 
- ¿A qué te refieres? - Pregunta él 
- Pues verás... si yo ahora me fuera a vivir a otra ciudad... y conozco a alguien y acabo con esa persona. ¿Era esa la persona de mi vida o simplemente a terminado siéndolo porque me he ido a vivir fuera? ¿Y si me hubiera quedado aquí? ¿Habría terminado con otro, o ese hombre habría terminado en mi vida fuese como fuese? 
- Eso yo también lo pienso muchas veces. Pero ¿Sabes qué? Creo que eso se sabe. Mi madre supo que mi padre era el hombre de su vida y al revés. 
- Sí. Creo que mis padres también. Mi madre dice que cuando conoció a mi padre supo que era el hombre con el que quería casarse para siempre. ¿Cómo se conocieron tus padres?
- ¿Mis padres? Pues verás, mi padre era el ligón de la universidad, las tenía a todas locas, cosa que aun no entiendo... 
- Bueno, supongo que no lo entiendes porque lo ves como a un padre...
- Se había acostado con toda la clase menos con mi madre. Un día le entró el capricho de ella. Y se pasaba todos los días en la cafetería para encontrarse allí con ella. Al final mi madre sucumbió a sus encantos... pero mi padre también a los suyos. Se casaron años más tarde y después me tuvieron a mí 
- Vaya, a si que has salido a tu padre... - Dice ella - Todo un conquistador
- Ja, ja, ja. No te creas... - Dice él divertido intentando parecer modesto 
- ¿Y tú niña pija? ¿De donde sales?
- Mi madre tenía un novio. Ese novio murió en un accidente de coche y se quedo sola. Mi padre estaba casado y era canta autor. Le apasionaba la música, tanto como ahora. Era algo famoso en sus tiempos. Necesitaba alguien que hiciera los coros en sus canciones y entonces, conoció a mi madre. Mis padres, se llevan ocho años. Mi madre lo veía como un hombre mayor y casado. Pero con el tiempo, los dos se enamoraron. Mi padre dejó a su mujer para casarse con mi madre y mi madre, se podría decir que dejó todo por amor... luego, aparecí yo en sus vidas... 
- Vaya, vaya... las historias de amor son fascinantes... 
- Sí... 
- ¿Y tú qué? ¿No tienes ninguna? - Le pregunta él interesado en ella
- ¿Yo? Mmm, yo creo que aun no he tenido una historia de amor. Yo diría que más bien he tenido historia de horror... 
- Vamos, no será tan malo
- Prefiero no hablar de ello - contesta ella seca. Él se da cuenta
- Está bien... está bien... lo dejaremos para otro día...
- ¿Y tú? ¿Siempre has pasado tanto de las mujeres o ahora se ha puesto de moda? 
- Pues... ya sabes lo que dicen. Para volverte malo primero has tenido que ser muy bueno...
- ¿Y tu lo has sido? - Pregunta ella - ¿Tú has sido bueno? 
- Eso... también es otra historia... - Dice él. Recuerda todo y sin querer, siente miedo. La mira a ella y después aparta la mirada. Esa chica le empieza a gustar de verdad... no es justo, ahora que era feliz aparece ella. Sí, se siente feliz, pero podría dejar de serlo si se empieza a permitir sentir algo más. Los cables se le tuercen - Hace frío. Deberíamos entrar en el coche, es tarde. Tal vez, debería llevarte a casa... 
- Sí, es cierto. Está refrescando

Durante el camino, ninguno de los dos habla, ninguno de los se mira. Pero ambos se sienten. El mira al frente y ella por la ventana intentando encontrar las estrellas que brillan en el cielo. Él aprieta los dientes muerto de rabia. Ella se pregunta que bicho le ha picado a él y después piensa que lo que ocurre es que él no siente nada por ella. Los dos se sienten confundidos y estúpidos. 
El coche se detiene en la puerta de ella. Ya es tarde, debe entrar a casa. Pero una fuerza extraña hace que no pueda levantarse de ese asiento. 

- Buenas noches señorita... - Dice él.

Ella viendo que la hecha discretamente, no insiste. 

- Gracias por traerme... buenas noches... - Y se dispone a salir del coche. Aunque sin darse cuenta, espera unos segundos. Intentando alargar la situación, intentando mandarle a él una señal. Él la mira. Es tan bella, piensa. Y después sin saber porqué algo pasa en él. 

- ¡Espera! -Dice él
- ¿Que pas..

Y se besan. Él la besa a ella y ella lo besa  a él. Se besan por primera vez sin estar borrachos. Se besan para despedirse, se besan, porque sin saber muy bien por qué lo desean con todas sus fuerzas. Y cuando ella cierra la puerta del coche y entra a casa, y cuando él arranca y continúa su camino... sin saber muy bien los dos están sonriendo con cara de tontos. 

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