"Espero que vivas todos los días de tu vida"

lunes, 8 de marzo de 2010

Capítulo 49 - LOS MIEDOS DE ELLA


En cuanto su padre bajó se fue. Agarró una almohada y se la tiró a Ángel en la cara. Después de un quejido por parte de su amigo la miró a ella. No hacía falta decir mucho, su cara expresaba todo lo que estaba sintiendo en ese momento: Vergüenza, incomodidad y posiblemente riesgo a un ataque contra él. 

- Un segundo, ¿Ángel acaba de decir a tu padre que soy su nuera? 
- Ajam... - Contesta él con la mirada fija 
- Oh Dios mío, ¡Oh Dios mío! - Dice ella mientras empieza a moverse rápidamente por toda la habitación 

Él no puede evitar sentirse mal. Le había dicho que sus padres nunca subían allí. Y justamente hoy, como si el destino les hubiera jugado una mala pasada, su padre sí que ha subido. 
Después siente rabia de que ella se sienta incomoda en su casa. Más de una vez se ha imaginado con ella en casa un día normal. Comiendo allí con él, durmiendo la siesta, viendo una película, tal vez besándola con todas sus ganas. Y ahora, él siente miedo al pensar que tal vez, ella después de esto ya no quiera volver allí. 
Pero por otra parte... ¿Por qué se preocupa tanto?, piensa él. Si ella no sintiera nada por él, no se habría quedado allí arriba esperándolos, no se habría puesto tan nerviosa, no le habría importado lo que los padres de él pensaran de ella. Por un segundo él parece sonreir.

- Vale... tranquila... respira... - Se anima a si misma - Ahora bajarás allí y saludarás como es debido...
- Son unos padres... no la policía...
- Unos padres, son peor que la policía Ángel... ¡No me digas que esté tranquila!

Él ríe. Siempre la ha considerado una chica segura de si misma y con las claras. Nunca antes había parecido tener miedo de nada. Y ahora, estaba allí arriba; en esa habitación pensando en como "arreglar"- si es que había que arreglar algo- el primer encuentro con aquel hombre.

- Vale, voy a bajar a saludar en condiciones... - Dice ella decidida. Y desaparece bajando las escaleras sin decir nada más.
A los tres segundos, mientras los dos chicos se quedan mirando aun sin tiempo de reaccionar...
- No puedo hacerlo - Dice de nuevo ella subiendo las escaleras
- Ja, ja, ja, estás muerta de miedo... - Él se está divirtiendo (En cierto modo, claro)
- Sí. ¿Qué pensarán de mí? ¿Crees que pensaran que soy...
- Una putita... - Se adelanta Ángel - No lo creo... o tal vez sí... - Ella le suelta un manotazo...
- Vale centrémonos - Repite ella - Deberíais acompañarme todos. Así tal vez me sienta mejor
- Tranquila, pensábamos hacerlo sin que nos dijeras nada. Este espectáculo es digno de ser recordado - Añade Ángel.

Se disponen a bajar las escaleras los tres. El orden: Él,el primero. Ángel el segundo y ella es la tercera agarrada y estirada del brazo de Ángel, obligandola a bajar.

- Eh, ¿Qué pasa tío? - Pregunta Ángel cordialmente al hermano de su amigo que se encuentra sentado en el sofá.
- Ah, sí. Este es mi hermano Sergio - Dice él sin darle mucha importancia
- Hola
- Hola. ¿Sabes lo que acaba de pasarme? - comienza ella a explicarle al hermano. - Tu padre ha subido a la habitación, donde casualmente, yo he pasado la noche. No pienses que... durmiendo con tu hermano...
- Oh, vamos... Sí que lo has hecho - Añade Ángel
- ¡ Cállate! - Dicen él y ella al unisono
- Total, he quedado fatal... porque para colmo... Ángel... ha dicho que tu padre es mi suegro... y por tanto eso me convierte en su nuera... ¡Y lo que es peor, en la novia de tu hermano! - Dice ella algo teatrera fingiendo esto último.
- Por tanto tu serías el cuñado. Ja, ja, ja - Ríe Ángel - Se pasan el día reprochándose pero son iguales. No saben estar el uno sin el otro. Creo que aun no se han dado ni cuenta.
- ¡Cállate! - Repiten los dos otra vez.
- ¿No tenías algo que hacer? - Pregunta Ángel fastidioso

Ella se levanta. Tiene que salir al salón y presentarse en condiciones. Que vergüenza.

- Pff, ¿Va a salir allí a presentarse? ¿A mamá? - Dice Sergio a su hermano. - Con lo que hablan las dos estamos apañados...
- Sí, es cierto, habla mucho ¿Pero esta buena no? Eso la salva - Dice Ángel. Ahora es él, el que le pega un discreto empujón.
- Bueno, yo quiero ver esto, no me lo pierdo por nada del mundo - Dice Sergio
- Eso mismo he dicho yo. Ja, ja, ja - Ríe Ángel.

Cuando ella - en cabeza- abre la puerta del salón. Los ve. Allí están: el hombre al que ha saludado hace un rato allí arriba tirado en el sofá. Y en otra mecedora pegada al lado de esté una mujer rubia mirando el ordenador, debe de ser su madre.

- Hola. Mmm, esto... antes no me he presentado como es debido. No he bajado a comer porque me he quedado dormida y ellos no me han despertado. Siento haber parecido tan mal educada. Que tal... - Dice mientras finge no estar neviosa. Aunque en realidad, el corazón se le va a salir del pecho.

- Hola, soy Lucía. Encantada. Yo no he subido porque estoy viendo este programa que me tiene enganchadisima hija. Por cierto, no te preocupes por lo de antes. Mi marido ni me lo había dicho -Miente para no ponerla aun más nerviosa.-
- ¡Yo también veo ese programa! - Añade ella- Echaron a Juan, ¿Te lo puedes creer?
- ¡Pero no me lo digas! Iba a llegar ahora mismo a esa parte... - Dice Lucía

- Lo sabía... - Dice Sergio a su hermano mientras ve como esa chica que ha traído a casa habla con su madre sin ningún problema. - Son tal para cual...
- No teníamos suficiente con una que ahora ya son dos... - Se acerca el padre de los dos por lo bajo bromeando.

Los dos hijos y el padre contemplan a las dos mujeres. Él por un instante se imagina con ella. Como si realmente fuera su novia, como si esa escena ya fuera habitual. Siente miedo, pero le gusta. Tal vez... más de lo que él se imagina. Bueno, al menos, ya ha roto el hielo con su familia... 

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