"Espero que vivas todos los días de tu vida"

lunes, 21 de diciembre de 2009

Capítulo XIX - EN MEDIO DE LA NADA



Sale decidida del baño dejando allí agarrada la sudadera. Eso no ha estado nada bien. Iban borrachos sí, pero no ha sido de buen gusto. Él se da cuenta. La sigue.

- Te agradecería que me dejaras en paz - dice ella seca mientras anda sin molestarse en mirarlo. Él la ignora, continua siguiéndola y apartando a la gente para alcanzarla con todo ese barullo. Ella no se detiene, no tiene intención de esperarlo.

- No era mi intención que se abriera la puerta
- No, supongo, pero se ha abierto - ella continua mirando al frente
- No es para tanto. Vamos no te hagas de rogar... ¡Lo siento! 


Ella anda sin saber muy bien donde está. No le importa. Se siente avergonzada y se ha enfadado con él. A él eso le da igual. Claro que va a seguirla aunque ella le diga que no; él también quiere salirse con la suya. Además, se prometió a si mismo no volver a dejarla sola.

- Oye... la puerta se abrió sin querer y ya esta ¿No crees que lo estás sacando un poco de quicio todo?
- ¿De quicio?.... - Dice ahora parándose en seco- ¿DE QUICIO? ¡Ja! - grita y sigue andando.

Él no puede evitar sonreír y soltar una carcajada. La "niña caprichosa" tiene carácter por lo que parece. Se da cuenta de que le resulta cómica y encantadora cuando se enfada. Continua siguiéndola.

- Al menos podrías esperar, ¿Sabes? 
- No espero a abridores de puertas de baños, "¿Sabes?" - dice ella pareciendo una niña pequeña.
- Bueno, yo tampoco acostumbro a seguir a borrachas psicopatas y aquí estoy... 
- El único psicopata que veo aquí eres tú - añade disgustada - ¿Sabes que poco atractivo es ver a alguien sentado en una taza de WC? 
- Sí, lo he descubierto de hecho esta noche
- Eres asqueroso... - Dice ella
- Probablemente lo sea, pero por ello te encanto - Dice él en un tono cómico lleno de seguridad - Probablemente estés haciendo que te siga violarme... 
- Si piensas eso... ¿Entonces porqué me sigues? - Dice ella ironica
- Soy un psicópata asqueroso, ¿Recuerdas? 
- ¡Ag! ¡Te odio!


Él se rie. Le hace gracia enfadarla. Él se da cuenta entonces.

- Espera un momento, ¿Dónde estamos? - Le pregunta a ella.

Sorpresa: "Allí" no hay nada. Solo ellos dos y la oscuridad. Se encuentran medio de la nada. A lo lejos se ven las carpas. La puerta por donde salieron del recinto hace un rato era la salida. Ahora ya no los dejarán volver a entrar por allí. Estupendo.

- Genial... Todo por tu culpa... - Dice ella fastidiosa - ¿Ahora dónde estamos? 
- ¿Por mí culpa? ¿Perdona? ... ¡No he sido yo el que se ha ido corriendo de allí! - Dice el asperado - ¡Encima que te sigo!, esto es increíble... 
- No, tu eres increible... ¡Me hechas a mí la culpa cuando nadie te ha dicho que me sigas! - Dice alterada - ¡Esto no me había pasado en la vida! - añade con voz pituda.
- Oh... es verdad que tú siempre estás acompañada de caballeros... - Dice él. Ese tono estridente le pone de los nervios
- Riete, pero al menos, esos caballeros... ¡se atan los cordones!
- ¡Y a mí que me importa!. En fin... - Se da la vuelta y camina...
- ¿A dónde vas? - Pregunta ella. Ahora tiene miedo de que se haya enfadado de verdad, de no volver a verlo y de quedarse perdida allí sola, en medio de la nada.
- Supongo que querrás salir de aquí, ¿no? 


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