"Espero que vivas todos los días de tu vida"

domingo, 20 de diciembre de 2009

Capítulo XII - QUEMA (Parte I)





Al otro lado del ventanal, una señora amable pone sobre la mesa dos tazones grandes de chocolate. Están calientes y recién hechos. Un montón de churros cubiertos de azúcar los acompañan. Ella está muerta de hambre, no ha comido nada desde hace horas y el chocolate tiene demasiada buena pinta. Coge el tazón, se lo lleva a la boca. "Cuidado que quema", dice él. Ella no hace caso. Se quema. Deja el tazón torpemente encima de la mesa. Cierra los ojos fuerte, saca la lengua aun con un poco de chocolate y finge abanicarse con las dos manos. "Podrías haberme dicho que quemaba...", le achaca ella. Él se ríe. Esa chica está increíblemente loca, pero también le atrae como hacía tiempo ninguna otra. No consigue descubrir todavía como es ella, le hacía dudar, le da una de cal y otra de arena. No entiende su juego, pero cuando está al lado de esa chica se siente lleno sin saber porqué. El simple hecho de estar allí frente a ella, verla quemarse con el chocolate le parece dulce. Y ella también es dulce, vaya que si lo era, aunque ella intentara ocultar esa faceta suya.

Los churros comienzan a desaparecer. Están siendo devorados por ella. Él tiene el mismo hambre, pero sin entenderlo deja que ella se los coma, siente ganas de cuidarla. Entra por la puerta un chico tal vez uno o dos años mayor que ellos. Está solo. Pide una napolitana y un café. Ella lo mira. "Siempre me ha dado pena la gente que bebe o come sola", le confiesa ella a él. Ella estira la mano indicándole al chico solitario a que se acerque, "Sí, sí tú ¡Ven a comer con nosotros!", dice ella sonriente como siempre. El chico solitario la mira extrañado, le sorprende tanta amabilidad por parte de una desconocida. Pero al parecer, también ha salido es a noche y ha acabado en el mismo sitio que ellos, solo que solo. Acepta. "Pero... -dice él con los ojos abiertos como platos- ¿Estás loca?". "Sí, ¿Pero porqué lo dices?", Contesta ella. El chico solitario se acerca a ella sonriente. Ella le pregunta como ha acabado solo esa noche. El chico se muestra con ganas de hablar, al parecer lleva ya un rato solo. Después ella no se corta y le pide un poco de napolitana, el chico solitario dice que coma lo que quiera. Él los mira a los dos, nunca ha conocido a una persona tan extrovertida, tan natural en ese sentido, hablando a cualquier persona. Es una chica realmente peculiar. Le gusta que lo sea.

2 comentarios:

  1. que simpatica estabas en aquel banco sentada junto a tu orgullo XD (me rei mucho por dentro, sabia k te morias de ganas de que volviese a por ti :P)

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