"Espero que vivas todos los días de tu vida"

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Capitulo VI - LA FALDA DE FLORES




Se había puesto una falda que le encantaba con unos zapatos preciosos. Se veía explendida. De hecho, hacía tiempo que no recordaba la última vez que había sentido ganas de arreglarse. Sabía que él tenía ganas de verla, al fin y al cabo era una mujer, y las mujeres siempre han tenido ese sexto sentido o intuición femenina por llamarlo de alguna manera para reconocer cuando un hombre se siente interesado por ellas. Ya había pasado una semana desde su primer encuentro, desde esa noche en la que durmieron juntos.

Él quería verla. Esa chica tenía algo, tal vez no podía ver todabía lo que era, pero había una chispa, un pequeño rallito de luz que la hacía intrigante. Quería seguir conociendola, pero no podía demostrarle esas ganas. Conocía bastante bien a las mujeres, y ella perdería el interés si veía que lo tenía demasiado facil. Ella era así: inconformista por naturaleza. Caprichosa y mimada en ocasiones. El tenerlo sin haberlo insinuado apenas sería una caida en picado para él.

Lo que el desconocía por el momento, era que esa "niña caprichosa" era la aguja del pajar, la gota más pequeña de todo el mar... que se encontraba "sola", deseosa de gritar: "Ayuda, ven a salvarme". Pero eso, ya es otra historia...


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