"Espero que vivas todos los días de tu vida"

miércoles, 2 de febrero de 2011

Capítulo 81 - SABIDURÍA



- Y por casualidad, ¿Ahora como piensas coger el cubo y llevarlo hasta el contenedor sin que caigan todas las hojas? - Le dice él cruzado de brazos mientras la contempla con diversión. 

En frente está ella,. Agarrando el cubo con las piernas y el rastrillo en la otra mano, ella lucha para que las hojas no vuelvan a caerse por tercera vez.

- ¡Callate! Se me están cayendo por tu culpa, me pones nerviosa
- No creo que sea por eso... vamos... no seas modesta, se te da fatal la jardinería...
- Eres tan...
- Me encanta cuando pones esa cara de rabia, se te abren los agujeros de la nariz ¿Sabes? No eres tan guapa como te crees...
- ¡Ah! ¡No puedo soportarte! - Dice mientras el cubo se cae de nuevo - No puedo creerlo, ¡Odio estas hojas! ¿Qué os he hecho? - Dice mientras las mira

Él moviendo la cabeza se acerca a uno de los montones que ha ido formando y con tres movimientos rápidos, mete las hojas en el cubo y de allí las manda al contenedor. Ella lo mira negando con la cabeza, cree que no se puede odiar a alguien con tantas fuerzas, pero... ¿Y querer a alguien así? Sigue con su "trabajo". 

El tiempo pasa, despacio van avanzando por el gran paseo y las hojas van desapareciendo con ellos. Él bromea con ella varias veces, ella consigue volver a disgustarse y así pasan el rato. El sol comienza a salir de entre los árboles y los primeros viandantes del parque también. 
Un hombre haciendo footing, una señora paseando a su perro... Más tarde los niños pasan con sus mochilas camino de la escuela. También pasan universitarios como ellos hablando y riendo desde primera hora de la mañana. Van al colegio privado del centro, todos bien vestidos, con uniforme, chaquetas caras... Al pasar, la miran a ella y a su peto de jardinera con desaprobación y siguen su camino. Ella entonces siente algo extraño, una punzada en el estómago. Sin saber muy bien por qué los ve lejanos, los ve en un recuerdo y se ve a ella también hace un tiempo, sin ir más lejos unos meses pasando por ese parque con sus pasadas amigas, con su ropa de marca, sus zapatos de tacón de aguja. Es extraño, lo ve demasiado lejos, lo piensa y no lo hecha de menos, es una sensación extraña. ¿En qué me estoy convirtiendo? piensa para sí. No lo sabe, pero le gusta, se siente sin saber muy bien porqué feliz. Tal vez ni siquiera es felicidad, es serenidad, paz, relajación. Se siente, casualmente... ella misma ahora. Piensa en el mundo superficial en el que ha vivido unos años. Gente falsa, gente con pasta, con clase... pero que a la hora de la verdad no le habían aportado nada. ¿Cuántas veces la ayudaron cuando tenía esa depresión? ¿Cuántas veces la abrazaron? Recuerdo las palabras de una de esas chicas... "Solo porque tu no hayas superado lo de tu ex, no significa que no podamos las demás tener novio", recuerda como esas palabras se le quedaron grabadas dentro ella. Paula, que mala fue.
Recuerda entonces el día en el que Paula le dijo eso. Estaban bebiendo cervezas a las 4 de la tarde en uno de los mejores bares del centro. A las 5 ya estaban contentas. El novio de esa chica la llamó al móvil gritándole, como siempre hacia. Ese chico le hacía la vida imposible a Paula. La despreciaba, la insultaba, dejaba su autoestima por los suelos y le era infiel. Pero la ex amiga se lo había perdonado siempre todo, estaba estúpidamente enamorada.
Esa tarde Paula parecía llorar desde el otro lado del teléfono. El novio le exigía saber donde estaba y que fuera inmediatamente con él. Entonces nuestra protagonista dijo: ¡Diego, ahora Paula no puede ir! ¡Ven tu si quieres! No podía soportar como ese machista hacía llorar a su amiga le salió ayudarla, le pareció injusto.

Paula, se levantó para ir al baño. Mientras la otra chica y ella se quedaron en las mesas. Bien hecho, dijo la otra amiga a ella.

Paula tardaba demasiado en volver. Así que fueron al baño a buscarla. Allí estaba llorando. Entonces ella pregunto que que le pasaba intentando consolarla y entonces la otra chica dijo: ¡Todo es por tu culpa! ¡Mira lo que has hecho! ¡Ahora se ha vuelto a enfadar conmigo!.


 ¿Mi culpa?, ¿Qué he hecho yo Paula? Solo quería ayudar, si se ha enfadado es porque deseaba hacerlo, ha buscado cualquier escusa. 


"Solo porque tu no hayas superado lo de tu ex, no significa que no podamos las demás tener novio", Fue entonces cuando se lo dijo. Sus palabras se lanzaron a ella como un montón de puñales clavándose en su pecho. Se sintió herida, desgarrada, traicionada. Paula sabía que ella había ido al psicólogo por eso, sabía que ella aun seguía tomando pastillas para dormir por la noche, sabía todo lo que había sufrido. Eso era el golpe más bajo que había recibido.

Fruto del alcohol ella se levantó hacia Paula, con ira, rabia... Levantó el brazo con intención de cruzarle la cara. Nunca lo había hecho pero sabía que ese día era capaz. Con su boca en tensión, y sus dientes rechinando vio la cara de Paula. Se quedo con su posición de defensa unos segundo mientras respiraba enternecidamente. Despacio bajó la mano. Cogió sus bolsas y se fue de allí. Solo las miro una vez más... No merece la pena, dijo finalmente. Y allí fue cuando se dio cuenta, de que esas no serían más sus amigas...

- ¿Nostálgica? - Pregunta él que la lleva mirando un buen rato.

Ella tarda unos segundos en reaccionar.

- ¿Eh? Ah... no se si sería la palabra correcta
- Y cual sería - Dice el mientras recoge más hojas
- Más bien pensativa - Contesta ella mientras observa el parque - ¿Sabes? Aquí me puse "pedo" por primera vez. 
- No me digas...
- Fue horrible...
- ¿Por qué?
- Tenía 16 años creo, era... sí creo que sería octubre. Las mismas fechas de las fiestas de la ciudad. Nunca había bebido, yo era anti alcohol, me acuerdo bien...
- Cualquiera lo diría - Añade él irónicamente
- ¡No te burles! - Dice riñéndole - Es algo que tengo pensado dejar algún día... 
- ¿Y por qué no empiezas ha hacerlo hoy mismo? Estamos en este parque justamente por como la liaste borracha...
- No fui yo sola... 
- Está bien, continúa.
- Me puse tan borracha que... ¿Ves esa fuente? La del principio del parque...
- Sí
- Terminé nadando dentro de ella diciendo que si alguien me quería que entrara a buscarme...
- Ja, ja, ja. Que cosas, y yo que cuando te conocí que pensaba que eras una buena niña
- Lo soy... o lo fui ¿Quién sabe? ¿Crees que soy mala? 
- No, no lo creo... creo que eres... 
- Ni se te ocurra insultarme otra vez...
- Especial. Sí, esa es la palabra que te definiría. 
- ¿Especial? 
- Sí especial. Mirate, nadie que te vea una noche de fiesta con tus vestidos podría pensar que recoges hojas en el parque, o llegaría a pensar que eres capaz de escupir a un tío que mide tres cabezas más que tú. ¿Quién pensaría que una chica como tú ahora mismo vive en una casa como la que realmente tienes? Cuando andas por la calle nadie sabe lo bien que cantas, nadie sabe que realmente estas loca, o que te muerdes los labios cuando estas nerviosa. Cuando vas por la calle, nadie se imagina que tu has estado nadando dentro de esa fuente, o que sales corriendo de los taxis sin pagar. Cuando sonríes como lo haces, la gente te tiene envidia y nunca llegaría a pensar que tu tienes problemas en tu vida, y sin embargo los tienes, o los has tenido y muchos. Has sido una persona medicada, depresiva, triste... has estado la noche entera llorando ¿Quién pensaría eso cuando te ven? Y... ¿Qué me dices de tú y yo? Quien imaginaría que ahora mismo estuviéramos aquí... 

Ella no sabe que decir. Solo lo mira con su pelo castaño claro con destellos rubios que brillan al sol de la mañana. "Que hermoso", piensa... Lo piensa desde lo más profundo de ella que siente que lo dice en alto. Pero no es así. Solo lo mira y él a ella no piensan nada. Tal vez sí, tal vez en las palabras que el acaba de soltar como si nada... pero tan cuidadosas, tan atentas... Cuando quiere decir algo, unos ancianos la distraen de su tarea.


Cuando quiere decir algo, unos ancianos la distraen de su tarea. 

- ¿Qué habéis hecho jóvenes? - Dice uno de ellos con una voz entrañable y a la vez divertida
- Los han castigado... - Dice otro de los acianos que pasea a su lado
- Sí, lo has castigado - Añade otro
- Díganselo a ella, es un peligro... - Dice él dirigiéndose a los abuelos
- Sí, las mujeres siempre son un peligro... nos hacen perder la cabeza muchachito
- Ja, ja, ja. Si se es listo tal vez no...

Ella le mira con cara de pocos amigos. Resulta cómica

- Nadie es demasiado listo como para no hacerlo joven - Añade el otro anciano y todos los demás ríen. Menos ellos dos.
- En realidad no sabríais vivir sin nosotras... - Dice ella orgullosa de ser mujer
- Claro que no... - Dice uno de los ancianos - ¡Pero tampoco vosotras sin nosotros! Bueno muchachos, ser buenos...
- Sí ser buenos... - Añade otra vez uno de los señores.

Los ancianos se alejan a paso lento por la calzada. Ella se pone inmediatamente a recoger las hojas y la observa un rato. Escucha las palabras del anciano rondando por su cabeza... "Nadie es demasiado listo"... "No podemos vivir sin ellas..."


- ¿Qué haces ahí parado? - Le interrumpe ella sacándolo de sus pensamientos - ¡Ayúdame!

Y el agitando suavemente la cabeza vuelve al trabajo. Entonces ella lo mira... "Ni vosotras podéis vivir sin nosotros" piensa. Y el corazón le va más rápido al mirarlo de reojo... 

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