"Espero que vivas todos los días de tu vida"

martes, 18 de mayo de 2010

Capítulo 65 - BAJO LAS ESTRELLAS


Demasiado arreglada, piensa ella mientras se mira al espejo y observa como le queda la falda. Rebusca de nuevo en el armario algo que pueda servirle. Mira el reloj. Las nueve menos cuarto. Debe de estar al llegar. Genial, no tiene nada que ponerse y lo descubre precisamente 15 minutos antes de que vayan a recogerla. Se prueba unos vaqueros color salmón. Pueden pasar. Ahora la camiseta. Después de encontrar una blusa blanca que le sirve va al baño. Revuelve todas las pinturas y todas sus cremas. Se da rápido el maquillaje como hace todo los días. Se pinta los ojos, las pestañas y los sabios.

Está algo nervioso. No sabe muy bien porqué pero tiene ganas de llegar. De enseñarle todo y que pase de una vez lo que lleva preparando toda la tarde. Mira el reloj. Luego se da cuenta de que nunca usa reloj y pone la radio. Las nueve. Estupendo, ya no va a llegar a la hora. Se pone nervioso y pisa el freno.
Vuelve a disminuir la velocidad cuando ve el coche de policía a la derecha de la carretera en el arcén. No necesita más multas. Ya ha acumulado demasiadas los últimos años. Exceso de velocidad, conducción temeraria, control antidrogas, número elevado de pasajeros, incumplimiento de normas varias con la mono como no llevar casco o escuchar música mientras conduce y así un largo etc. Portate bien, te estás formalizando, piensa él mientras reduce la velocidad y deja atrás a los agentes.

Por fin llega al camino oscuro y alejado de la civilización. Ya no le queda nada para verla. El corazón le va más deprisa. Un portón metalizado grande imitación a madera y el resto del muro blanco es lo que los separa ahora. Él saca su móvil.

Ella se mira en el espejo intentando verse y convencerse de que está guapa. Y acto seguido, mientras se concentra suena su móvil. Es él. Eso quiere decir que está ya abajo. Se apresura rápidamente a meter todas las cosas necesarias en el bolso. Termina olvidándose las llaves y el móvil. Pero por supuesto no se olvida del brillo de labios ni de los pendientes. Baja rápido las escaleras. Dice un "asta luego" rápido a sus padres y sale escopeteada por la puerta mientras deja a su padre con la palabra en la boca, diciendo la típica frase de "no vuelvas tarde, pórtate bien".

Se oye el ruido del cerrar de la puerta. Él levanta la vista. Ella intenta verlo a él pero los faros del coche la cegan. Sin embargo el sí puede verla a ella. La observa y la ve guapísima. Aprovecha un poco a mirarla descarademente ya que no puede darse cuenta. Y después de esos pequeños y dulces segundo ella entra finalmente en el coche.

- Hola...
- Hola

Se sonríen. Quieren besarse pero aun no son "nada" así que no lo hacen. Esperarán un momento más propicio - Aunque que momento es más propicio que aquel en el que tienes verdaderas ganas. Sin excusas, solo porque te apetece.- Ella rompe el hielo

- Me tienes intrigada... ¿Qué es eso que has preparado?
- Pues verás, primero es necesario que nos perdamos para poder enseñartelo
- ¿Perdenos?
- Exacto
- ¿Y como se pierde uno? - `Pregunta ella emocionada e intrigada por hacer algo nuevo
- Pues... la occión más fácil que veo es arrancar este trasco e ir por los diferentes caminos hasta encontrar un sitio alejado de la civilización y desconocido para nosotros...
- ¡Pues arranca!

Y el no duda en hacerlo.

- ¿Qué es eso que huele tan bien? - Pregunta ella mientras olfatea
- ¡No lo mires! Es una sorpresa...
- Me encantan las sorpresas... también me gusta hacerlas a mí
- Entonces, si hay un proximo día. Te toca a tí...

Se mueven entra la oscuridad de esos campos. Y se alejan. Se alejan de izquierda a derecha. Retroceden y dan vueltas en circulo algunas veces. Rozan algunas ramas y finalmente lo encuentran. Unas montañas los frenan sin dejar paso. Es una llanura en mitad de la nada. A lo lejos se ven las luces de la ciudad y de la urbanización. Nunca han estado allí. No tienen miedo, están juntos.

- Baje del coche señorita...

Y él se adelanta para sacarla y taparle los ojos. La lleva hasta la puerta trasera y la deja allí unos segundos mientras le pide que no mira hasta que el le avise.

- ¿Ya? - Pregunta ella ansiosa
- ¡Un segundo impaciente!

Y mientras se oyen algunos sonidos. Ella se pregunta que será.

- Ya está, ya puedes abrirlos... - Dice el dulcemente

Y los abre. Y allí está. El maletero del coche avierto tiene una cama y del techo cuelgan algunas sábanas imitando una tienda de campaña india. Es exótico y hay un gran cuenco de macarrones repartidos en dos sabores. Carbonara y bolonesa. También hay un ordenador. Y varias películas a elegir para ver. De humor sobre todo. Una de amor y otra de miedo. Ella no lo cree. Es demasiado hermoso. Él también. Y está allí con ella. Lo mira... le encanta. Le encanta lo que ha hecho. Como la trata y como la mira. Como la cuida y como se siente ella cuando está él a su lado.

- Es impresionante...
- ¿Entonces te gusta? - Pregunta esta vez tímido. Ella se sorprende viéndolo así. Parece siempre muy seguro de si mismo pero a veces flaquea.
- Entonces me encanta querrás decir... - Dice mientras sonríe. Y se acerca a él para besarlo.

La noche pasa y el cuenco de macarrones se acaba. Están buenísimos. Ella repite varias veces y él se queda con hambre como siempre mientras se pregunta como es posible que una chica de medidas tan extrechas sea capaz de comer tanto. Después ven una película y curiosamente la de miedo. Él se queda sorprendido cuando ella la elige. Se da cuenta aun más de que es diferente. No deja de mirarla. Y cuando el no la mira entonces ella aprovecha para hacerlo. La película termina y después de un rato haciéndose la valiente confiesa que tiene algo de miedo. Él se ríe de ella un rato y finalmente terminan allí tirados en el colchón. Bajo las estrellas.

- ¿Tú crees que existe vida en otros planetas?
- Sí... estoy seguro 
- Yo también lo creo... - Dice ella mientras mira al cielo. Después se hace el siléncio.

Una gota cae a la nariz de ella.

- ¡Llueve! - Dice ella
- Entonces tendremos que cerra el chiringuito

Y acto seguido comienza la tormenta.

- ¡Rápido mete bien el colchón! - Dice él
- ¡Que divertido llueve! ¡Ja, ja, ja! ¡Vamos, cierra el maletero! - Dice ella feliz.

Ella sube las ventanas delanteras para que no entre más agua en el coche. El cierra el maletero y corre rodeado el coche hasta encontrar el asiento del copiloto. Ella pasa a la parde de atrás y se deja caer en el colchón. Él una vez dentro pega un salto y hace lo mismo. Después los dos ríen.

- Ja, ja, ja. Ha sido divertido... - Dice ella feliz y emocionada...
- Sí... - Contesta él. Pero en realidad no la escucha. Solo la mira... Desea besarla. Pero después recuerda que ante todo quiere ser un chico bueno así que mira el móvil para comprobar la hora - Son las cuatro, debería llevarte a casa. Tus padres se enfadarán...
- No quiero irme... quiero estar contigo... - Dice ella tumbada de medio lado con el pelo todabía mojado y algunos mechones entre la cara.

Él la observa bajo la luz de la luna metida en aquel coche. Solo con él. Y entonces le pasa algo que hacía tiempo no le pasaba. Tal vez, sea de hecho la primera vez que le pasa. Quiere estar con ella, pero esta vez no necesita hacer nada. Solo tenerla abrazada contra él y mirarla y mirarla hasta que amanezca. Y eso hacen...

Hasta que amanezca....

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