"Espero que vivas todos los días de tu vida"

lunes, 22 de febrero de 2010

Capítulo 43 - UN PASADO OSCURO


- Pero ¿A dónde me llevas? - Dice él mientras ella le estira del brazo. - ¿Aun hay más plantas? 
- Solo necesitamos subir una más, ¡Ten paciencia! - Dice mientras sube las escaleras de su casa.
- ¿Y después tienes el valor de no aceptar que te llamen pija? - Dice el ironico mientras observa toda la casa
- Vamos, casi hemos llegado 


Lo suelta de la mano y le tapa los ojos.

- Me das miedo... -Dice él riéndose

Ella destapa los ojos de él. Y allí están, en esa habitación.

- Vaya... - Dice él con la boca abierta - ¡Que pasada! ¡Un estudio de grabación! 
- Sí, mi padre es un obsesionado de la música. Tiene esto aquí desde que nací. Vive aquí por así decirlo... siempre está componiendo canciones y grabando maquetas. Le habría gustado que siguiera sus pasos, pero me decanté por otras cosas... 
- ¿Tú también cantas? - Pregunta él intrigado
- Lo intento... - Dice ella imitando su contestación de hace un rato

Él se adentra más en el estudio. Observa los aparatos, los micrófonos, las dos pantallas de ordenador y las grabadoras de CD. Se sienta en la silla y finge ser productor de una discográfica. Ella ríe. Después el mira la pared con todos esos discos y las fotografías y en una de ellas, está ella.

- ¿Eres tú? 
- Era yo... - Recalca ella un poco avergonzada
- Jajaja, ¿Eras rubía? Gracias a Dios que ahora no... 


Ella le suelta un manotazo que el esquiva divertido

- Eso fue hace mucho tiempo... 
- ¿Saliste en televisión? y... jaja, vaya, ¿Grabaste un disco? 
- Sí... pero te repito que eso es el pasado... 
- ¡Qué fuerte! ¿Por qué no me lo habías dicho antes? 
- ¡Por qué no! y... ¡Dejalo ya! - Dice ella incomoda mientras lo agarra del brazo para salir ya de esa habitación.
- Pero... ¿Por qué te pones de esa forma? - Pregunta el sin maldad
- Pues... - Contesta dudosa - Yo solo quería enseñarte el estudio ¿Vale? Supuse que te gustaría, eso es todo. Y aquí estás tú... haciéndome preguntas incómodas. 


Él la mira algo extrañado. No entiende muy bien porque algo tan "guay" a ella le produce esa sensación tan mala.

- Siento si te ha molestado... no era mi intención... 
- No. Perdóname tu a mí por ser a veces tan increíblemente insoportable. Tú no sabías nada... Es solo que... en esa época de mi vida... hice cosas de las que no me siento muy orgullosa... No me gusta recordarlo... eso es todo. 
- Ei, no te preocupes... - Dice él mientras le levanta la cabeza cabizbaja a ella.

Ella le sonría y salen de la habitación por ese pasillo largo rumbo a las escaleras.

- Eh, dime una cosa ¿También firmabas autógrafos y esas cosas? - Dice él divertido...
- Oh, ¡Callate! 


Y le da una patada en el trasero. Después desaparecen bajando las escaleras.

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