"Espero que vivas todos los días de tu vida"

lunes, 21 de diciembre de 2009

Capítulo XV - EN EL AMOR Y EN LA GUERRA



A la mañana siguiente de que él la dejara sola en aquel banco esperando el autobús de esa mañana fría, ella le había explicado lo mal que lo había pasado volviendo a casa. Unos hombres pesados se metieron con ella y por si fuera poco tubo que pedirle el móvil a una señora en el viaje porque no tenía batería. Lo que no le contó fue que al llegar a casa, a las diez y media de la mañana, no tenía sueño - y era raro en ella. Siempre lo tenía.- Pero esta vez, tenía mejores cosas en las que pensar, o tal vez no. Lo único cierto en todo esto, era que se chico le quitaba el sueño.

Ya había pasado una semana desde aquello. Hablaban sí, pero no demasiado. Él se había arrepentido cada día por haberla dejado sola aquel sabado. El solo hecho de imaginar que a ella le podría haber pasado algo le atormentaba. Aunque no había hecho mal en marcharse aquella mañana, esa chica tenía que aprender que por mucho que ella lo pensara, todos los hombres no eran iguales. De todos modos, se prometió a si mismo no volver a dejarla sola nunca más. Con una vez ya era suficiente. Y más le valía pensarlo así, porque no iba a ser capaz de volverlo a hacer.

Esa semna las calles estarían llenas de gente a todas horas. Mimos, carrozas, bailarines, vino de litrona barato, fiesta, mucha fiesta y nada de clases era lo que les esperaba a todos los jovenes en las fiestas más esperadas de todo el año. Donde el ritmo de la noche no paraba en todo el día. La semana en la que apenas había reglas, ni horarios. Ella había quedado con un viejo grupo de amigos de la infancia para esa primera noche. Sería divertido. Él había quedado con los amigos de toda la vida, un grupo grande y por supuesto esa noche, nada de chicas. Aun así él quería verla y ella quería verlo a él. Él sabía que sería imposible verla si le contaba que no hiria ninguna chica - ninguna de sus nuevas amigas- con ellos. Así que en este caso, ya que dicen que en el amor y en la guerra todo vale, decidió mentir.

"Cuando estés allí y quieras vernos, no llames a carol, llamame a mí porque ella no escuchará el telefono entre tanto varullo". Y ese fue el mensaje que él le mando a ella para poder verla esa noche. Que curioso es el destino...

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