"Espero que vivas todos los días de tu vida"

sábado, 19 de diciembre de 2009

Capítulo X - TODOS SON IGUALES



Mientras tanto en la pista de baile ella ve como él se marcha. Lo sigue con la mirada, y la sonrisa se va perdiendo en sus labios Él ya no está allí mirándola, así que ya no quiere seguir bailando con esos chicos. Solo lo hacía para ponerlo celoso  "¿A donde va?" pregunta ella a su amigo. "Al baño. Ha dicho que nos quedemos aquí esperándolo", contesta el chico. Ella duda. No. Va a ir a buscarlo. Una parte de ella presiente que tiene cierta parte de culpa. Se dispone a avanzar hacia el baño a buscarlo pero el amigo la agarra de la mano y la para. Ella no pone mucha oposición, está algo borracha, es fácil de manipular.

La acerca más hacia él. "¿Cómo es posible que una chica como tú no tenga novio?", pregunta el chico que está bastante borracho. Genial, este sí que es como el resto. "Quien pudiera estar con una chica como tú...", añade de nuevo. "Diselo a mi ex novio...", dice ella irónica. "¿Por qué?" , pregunta el chico intrigado. Ella se da cuenta de que ha hablado más de la cuenta, no quiere hablar de su pasado. "Nada... es solo que el chico con el que estaba antes no me valoraba demasiado..." , dice ella para arreglarlo. "Pues que imbécil, si yo tuviera a una chica como tú, no tendría ojos para ninguna más". Que típico, piensa ella. Eso es lo que dicen todos, la cosa es seguir cumpliéndolo luego, una vez que la conquista ya está hecha.

Ella comienza a aburrirse ¿Donde se ha metido? Lo está echando de menos, desea que vuelva ya del baño para que le quite de encima al pesado de su amiguito. Gira la cabeza. Ahí está, sentado en un taburete del local, esta vez con cara de perro - nada de cara de pato, para eso ya está ella- parece atormentado por algo.   No se siente a gusto. Los se acercan hacia él. "¿Estás bien?", le pregunta ella. "¿A tí que te parece? Llevo esperando aquí un buen rato", contesta el indignado de malas maneras. Ella lo mira un segundo, no esperaba una contestación tan seca. Ella se da cuenta de que él amigo la ha mentido, no debían esperar allí. Pero aun así, esos no son modos de hablarle. Si las miradas mataran él podría haber muerto en ese instante. No hace falta que ella diga nada, se da la vuelta.

El amigo se acerca de nuevo entonces. "Está rayado por tí", "¿Por mí?" dice ella extrañada. "Sí. Está claro que le gustas", añade el amigo. "¿Yo? No lo creo" . Es verdad, una parte de ella no lo cree pero otra sí y no puede evitar sonreír mientras lo dice. Ella lo miro de nuevo. Es tan interesante... allí sentado, a saber lo que estará pensando. Le entran de nuevo ganas de abrazarlo, estrujarlo contra ella y besarlo en medio de toda la discoteca. Pero es mejor que no... ella no comparte a sus chicos.

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