"Espero que vivas todos los días de tu vida"

sábado, 30 de octubre de 2010

Capítulo 75 - Halloween "El beso Fantasma"


- A ver pija de mierda, danos el dinero que lleves encima - Dice uno de ellos
- ¡No pienso darte nada a tí, ni a tus amigos, gilipollas! - Dice ella de nuevo desafiante

Los amigos de él buscan entre la multitud.

- ¿Dónde coño está esta mujer? - Pregunta el del pelo verde
- Joder, el puto traje del año: bruja ¡Todas van de brujas!, incluso esos tios de ahí van de brujas - Dice Moreno frustrado, mientras los chicos le saludan insinuándose a él.
Se mueven con rapidez pero allí no encuentran a Nadie.
- He dicho que me dejes en paz cerdo asqueroso - Dice ella
Entonces uno de ellos la agarra por detrás y le toca el culo, los amigos de este se rien. Intenta apartarse de él. Pero el tiene mucha más fuerza. No la suelta. Ella patalea. La gente esta borracha, no se entera o no quiere enterarse. Los amigos siguen buscándola. Tras muchos empujones el grande la suelta. Y entonces le escupe en la cara.

El otro. Furioso y violento lebanta la mano para partirle la cara. Estúpida niñata, ha sido muy tonta atreviéndose a entrar a un sitio como ese. Levanta el puño, ella abre los ojos. Eso le va a doler, no pasa nada. Tiene que ser fuerte. Uno, dos y tres. Y entonces, la cara del grande desaparece producto de un puñetazo. Ella asustada levanta la cabeza, ahí esta. El grandote se lebanta para cogerlo. Él más pequeño y ágil lo esquiva y le da un puñetazo en el estómago.

- ¡Vete de aquí! - Le dice él rápidamente mientras el otro reacciona. Pero no, demasiado tarde. El grande le da un puñetazo en toda la cara. Él cae al suelo.
- Eh ¡Allí! - Grita Anna a los chicos. Se puede apreciar como se está formando un corro no muy lejos de ellos. Moreno aparta rápidamente a todos. El resto le sigue hacen paso entre la multitud. Allí están. Los amigos se lanzan a por los demás y empieza la pelea.
Moreno se lanza a por el mediano que no sabe muy bien como reaccionar. Está parado, todo está pasando muy deprisa. Se acerca. Y el otro intenta darle un puñetazo, Moreno lo esquiva y le propina uno él a su abversario. La nariz empieza a sangrarle. El mas grandote del grupo intenta ir a por dos que se escapan. Pero por detrás recibe un puñetazo del otro. El amigo del lider, él que está peleando con él. va en su ayuda. Samuel, el del pelo verde pone disimuladamente la pierna y le hace la zancadilla, el otro cae. Puñetazos, patadas, gritos, empujones. La gente intenta mirar sin hacerse daño, pero es inevitable. Se les ha ido a todos, todo de las manos. El camarero mediante gritos espera conseguir la calma. Imposible. Agarra el teléfono para pedir ayuda. Mientras tanto, en el centro del bar sigue la pelea. Él intenta tumbar a su contrincante. Ella grita desesperada. Los que no entran allí dentro miran moviéndose de un lado para otro. La tensión aumenta y los nervios se pierden. Otra patada. Ella grita, no sabe que hacer. El grande lo alcanza con el puño en todo el estómago. Ella sin pensarlo salta sobre la espalda del corpulento. Sueltalo estúpido, suéltalo, grita mientras lo estira del pelo. Él con un fuerte movimiento la empuja tirándola al suelo. Él otro le levanta y lo agarra por la espalda. Los dos corren hasta la pared. Se chocan. Un golpe, otro más. El grande consigue soltarse. Rebusca por el suelo, coje un botellín de cerveza, lo golpea contra la pared y lo rompe.

- ¡No! - Grita ella
- ¿Qué me dices ahora eh?
- ¡Para tío! - Grita uno de los amigos del grande
- ¡Cierra la puta boca! - Le ordena el otro - Ven vamos... vamos... - Le ordena a él. Se mueve tembloroso. El sudor cae por su frente. Se agacha como un depredador en busca de su presa. Pasa la lengua por sus labios. Sus ojos están idos...

Y en ese instante. En ese momento a lo lejos se escuchan varias sirenas de policia. Cada vez más cerca. El grande se incorpora bajando la mano donde tiene la botella. Moreno pega el último puñetazo tumbando a uno en el suelo, los demás comienzan a mirarse. Ger coje a Anna y corren junto con el más grande. El del pelo verde se marcha por su camino. Todos se separan, el grupo contrario también. Ahora ya no son enemigos, ya no les importa. Todos salen por la misma puerta, ahora tienen un objetivo común.

- ¡Corre! - Dice él mientras la agarra de la mano.

Salen por la puerta trasera y corren por un callejón. Salén a una avenida más grande, los coches circulan, revasan uno corriendo. El claxon suena. Se meten por otro callejón, y así por otro y por otro.

- ¡Qué va a pasar! - Grita ella mientras corre de la mano detrás de él
- ¡No quieras saberlo! ¡Si te cojen lo averiguaras!

Siguen. Aparecen en una especie de plaza. Sí, parece poner plaza de los sitios. La cruzan dejando atrás una enorme fuente. Ella tropieza. Cae al suelo. Él la ayuda a levantarse. A ese ritmo los van a pillar. ¡Joder! ¿Quién le habrá mandado meterse donde no lo llaman? Si ella no estuviera allí ya habría escapado. Siguen escuchándose las sirenas. ¿Dónde estarán los demás? En estos casos, que se salve el mejor. Esa es la regla de la calle. Llegan a una gran avenida, Paseo independencia.

- ¡Por aquí no! Es mucho más fácil que nos vean - Dice él

 Y consigue entrar por otra callejuela. Es tarde, ¿Qué hora? Ni idea. Ya es de madrugada, eso seguro. Cruzan la plaza Aragón. Entrando a gran vía. Se meten por unas callejuelas en contrad irección y detrás de unos contenedores, haciendo esquina se paran. Los dos respiran e intentan tragar salida. Ella tiembla, no sabe muy bien lo que está pasando. El intenta hablar entre cortadamente.

- ¡Estás loca! ¿Qué coño pretendes? ¿Has visto lo que has hecho? ¿Eres una persona normal? - Dice él moviendose de un lado para otro como un loco. Sin poder respirar.
Ella lo mira. El está lleno de sangre, el labio esta roto aparentemente. Y la cara ensangrentada. Se siente avergonzada, querría acercarse a él y pedirle disculpas pero no se atreve.

- ¡No ha sido culpa mía! - Dice ella. Y después se muerde el labio. No tenía que haber dicho eso. Claro que si lo ha sido
- ¿Qué no ha sido culpa tuya? ¿Qué no ha sido culpa tuya? ¡Que no ha sido culpa suya dice? - Hablándole al cielo y a la nada. - ¡Tendrás huevos de decir eso!
- ¡Lo siento!
- ¡Lo siento! ¿Esa es la puta frase que se te ocurre?
- ¡Qué quieres que te diga! ¡No se que más puedo decir! - Dice ella asustada. Él está fuera de sí
- ¡Quiero que digas que eres una puta egoista, prepotente, orgullosa y mal criada! ¡Quiero que digas que te averguenza ser como eres! ¡Eres una mimada, mocosa, insolente!
- ¡Ya basta!
- ¡Quiero que lo digas!
- ¡No! - Grita ella mientras llora - ¡No, no y no!
- ¿No? ¡Aun sigues siendo una orgullosa asquerosa! ¡Que huevos tienes! ¡No debería de haberte ayudado! ¡Debería haber dejado que esos hijos de puta hicieran lo que tenían que hacer contigo!
- ¡Ya basta gilipollas de mierda! ¡Eres un irrespetuoso! ¡No ha sido del todo mi culpa!
- ¡Si no hubieras hablado con ellos no habría pasado nada! - Dice él
- ¡Si tu no hubieras hablado con ellas tampoco!
- ¿Así que es eso? ¡Es eso! ¡Eres una mimada, consentida! ¡Eran celos! ¡Eh!
- ¡No, no eran celos! - Miente
- ¡Sí!, ¡Sí que lo eran! ¡Reconócelo y termina con todo! ¡Deja de hacerme sentir un gilipollas! ¡Un gilipollas que siempre va detrás de tí! ¡Dejame darme cuenta de que al menos esta cara que llevo ahora ha servido para algo!
- ¡No!
- ¡Puta orgullosa!
- ¡Puto mal hablado! - Dice ella gritándole de nuevo
- ¡No piensa ceder! ¡No piensa ceder! - Grita de nuevo él al cielo - ¡Ya está bien me marcho! ¡Ahora si te quedas aquí sola! - Y mientras lo dice se arrepiente. No, no la piensa dejar allí sola. Se lo ha prometido a si mismo mientras corria al bar. Da un paso hacia delante y después lo piensa.
- ¡No te vayas! - Grita ella... - No te vayas... -Dice otra vez con un hilo de voz - Estoy asustada... estoy asustada...

Las sirenas de la policía cada vez están más cerca. El coche entra por la avenida. Él la coje a ella de las manos, la lebanta, la mira. Ella lo mira a él. Y él con labio roto la besa, la aprieta contra él y la apoya en la pared y la sigue besando. El coche de policía se acerca. Parece que pasa de largo. Pero después para de golpe. Dos policías bajan. Uno de ellos dice algo que no se entiende por el walkie talkie.

- Ejem, disculpen. Documentación.

Él aun con las manos apoyadas contra la pared deja de besarla. Cierra los ojos maldiciéndose y después la mira a ella. Su expresión lo dice todo: Les han pillado. Él se da la vuelta. El policía observa su camiseta y su cara. Están llenas de sangre. Ella está mojada, parece un poco confusa. También se acerca. Los dos dan sus carnet y sus datos. La policía los mete en el coche y los lleva a comisaria. Ella mira por la ventana, nunca la han detenido. El está sentado a su lado con las manos cruzadas y la espalda arqueada. Está pensando en algo pero ella no consigue adivinar en qué. Después se siente complétamente estúpida. Todo eso es por su culpa.

Él se muerde los labios. Le rechinan los dientes. No tendría que haberla dejado ir allí. Ella no es una chica para él. Siempre pasa algo malo, siempre algo lo extropea todo. ¿Y si le hubiera pasado algo a ella? Él nunca se lo perdonaría. La mira. Ella mira por la ventana. Seguro que está muerta de miedo. ¡La ha besado otra vez! ¡Estúpido! ¿Cuándo piensa acabar con todo eso?

Dentro, están algunos de los demás. Su aspecto es peor o parecido a de él. Anna no está, ha debido escapar. Moreno está de pie fumándose un cigarrillo. Saluda a uno de los policias que no parece asombrado de verlo allí otra vez. El del pelo verde da vueltas de un lado para otro maldiciendo al mundo. Y otros están sentados esperando. Después de dos horas. Y de ver entrar y salir por la puerta a algún que otro delincuente los dejan libres. Se van sí, pero con premio doble: Multa por botellón y por alterar el orden público. 1.500 euros para algunos, 650 para otros. Pero es demasiado dinero. La opción es simple: Pagarlos o realizar unas cuantas horas de trabajos a la comunidad. Van saliendo por separado y se van a casa. Ella sale antes que él. Lo espera en la puerta. Él sale a los minutos cabizbajo. La mira. Ella siente que él la odia. No sabe que hacer. Mejor no decir nada.
Él se aproxima al borde de la calle. Lebanta la mano y para un taxi. Mueve la cabeza indicándole a ella que suba. Ella hace caso en silencio. Está amaneciendo, los bares ya abren. Entran en el bar donde el pincho de tortilla se sirve a uno cincuenta y pide dos. Eso, y dos cafes con leche son la elección. Él los paga. Los dos comen en silencio.

Salen a la calle, y al torcer. A unos cuantos pasos...

- 1.500 euros... - Comienza él
- ¡No, no! no te preocupes tranquilo... yo me encargaré de la multa, yo puedo pagarlo
- ¿Tú o tú padre?
- Bueno eso da igual, ¡Yo me encargaré de la multa! - Insiste ella
- ¡No pretendo aceptar tu dinero! ¡Yo me metí en esto porque quise! ¡Cómo todos! ¡Aquí la gente es así! Actua de corazón, no por interés... - Dice él sin mirarla de un lado para otro. Después la mira -Si estabas acostumbrada a eso aquí es muy diferente...
- ¡No dejare que tengas que hacer nada! - Dice ella alzando la voz - Mi padre lo pagará y no habrá pasado nada...
- ¿Es qué no lo entiendes? ¡No quiero tu dinero! - Dice mirándola a los ojos - ¡No pienso ser tu mantenido, ni ahora, ni nunca! ¡Si quiero estar contigo es por tí! y no dejaré que me pagues una multa, está en contra de mis principios... - Dice él moviendose de nuevo. Se gira otra vez hacia ella - Y que demonios, tú también deberias tener orgullo y trabajar. Sí, ¡Trabajar! ¡Para saber lo que es la vida! - La sigue mirando - ¿Y tú que decides? Ser una mujer... o ser una niña...

- Soy una estúpida pija mimada, consentida y asquerosa... - Le dice mientras lo mira.

Después el sonríe. Y ella también. Esa ha sido su forma de decir: Sí, trabajaré... Lo siento.

1 comentario:

  1. que emocionante se pone la cosa...
    tengo ya ganas del proximo capitulo, a ver cuando puedes ponerlo y seguir enganchada a esta gran historia ;)
    un besoo y felicidades, escribes muy bien!!

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