"Espero que vivas todos los días de tu vida"

domingo, 7 de febrero de 2010

Capítulo 32 - Dulce derrota



Hay algo que realmente duele, es admitir una derrota. Y esa noche Marc, tubo que agachar las orejas y dejar a su "rival" continuar disfrutando de su dulce y apetitoso "premio". 

Cuando Marc llegó al lugar de los hechos se encontró con una escena que le resultó hasta a él demasiado apasionada para poder soportarla. Allí estaba ella con él besándose muertos de ganas como si llevaran mucho tiempo deseando hacer lo que estaban haciendo esa noche. Apretó la mandíbula y aun sin rendirse - ya que la esperanza es lo último que se pierde - se acercó a la pareja para intentar "cortarles el rollo". 

- Esto... eh... chicos... ¡Chicos! - Dijo el fastidioso. Pero ellos parecían estar realmente ocupados en ellos mismos. Lo miraron borrachos y después se miraron el uno al otro y con una sonrisa volvieron a besarse - por no decir "comerse la boca" locamente - de nuevo. 
Marc se sintió ofendido, sentía que toda la gente de su alrededor lo miraba sabiendo de que iba la historia y se sentía avergonzado. Parecía que todos supieran que era una de las pocas veces que una chica lo había rechazado. Y más, por un chico que no tenía "nada" - según él -  con lo que poder competir. Ese chico no tenía coche, no tenía ropa cara y no sabía nada de Wysky caro y aun así, allí estaba besándola a ella. 

Él y ella continúan abrazados. Un beso, otro beso. Marc habla con los amigos con los que antes tomaban chupitos. Uno de ellos se acerca a él pensando que va a decirle a ese creído algo divertido: 

- ¿Cómo están estos dos, no? ¡Solo les falta quitarse la ropa! - Dice chistoso el hombre. Marc aprieta la mandíbula de nuevo. 

Ellos se besan, él la aprieta contra el sin darse cuenta protegiéndola de toda la gente, solo quiere que sea para él. Ella lo besa, una y otra vez. Y así durante mucho rato. Los borrachos no tienen noción de que el tiempo pasa más deprisa de lo que ellos creen. Parece que está amaneciendo y que la gente va abandonando el recinto. 

- ¡Necesito ir al baño chicos! - Grita ella con el típico apretón típico de un borracho. Evidentemente los dos ceden. Él por que no la quiere dejar sola ni un minuto y Marc porque no quiere dejarlos solos a ellos. Ella loca y divertida - efecto del alcohol - llega a los baños y ve a Marc con cara de perro. - ¿Qué te pasa? - pregunta ella

- A mí nada - Dice Marc picado. Mientras Él suelta una carcajada sabiendo lo que le pasa realmente. 

Ella lo ignora. Está demasiado eufórica como para esforzarse por entender a un hombre celoso. Después entra al baño portátil y cierra la puerta. Ha terminado pero sigue allí dentro. Está algo mareada pero eso no le impide pensar en él. De repente se da cuenta de que lo ha besado y después el la ha correspondido con más y más besos. Ella sonríe patética en el baño y después siente ganas locas de volver a repetir lo que ha estado haciendo toda la noche. Abre la puerta del baño y lo agarra de la camiseta. Lo empuja dentro de ese mini baño portátil y cierra la puerta con cerrojo. Él no habla, no es momento de hacerlo. La coge en brazo y la empotra contra la pared del baño portátil. Mientras fuera el movimiento de lo que pasa dentro se puede apreciar. Realmente a nadie le importa. Solo a ese creído, ciego de celos. 

Él la agarra a ella por la espalda. Ella lo besa fuertemente. Él pasa su lengua dulcemente por su escote y ella después le agarra por detrás. Él sabe que no es como cualquier chica y tiene la necesidad de respetarla pero el alcohol y todo el tiempo que llevaba esperando este momento le hacen perder la cabeza. Mete las dos manos por dentro del pantalón de ella y le toca. Ella respira fuerte, lo agarra con más pasión y siguen besándose. 

Alguien llama a la puerta del baño. Ellos ni lo escuchan. Están fuera de sí. 

- Eh, chicos... ¡Yo me voy! - Grita el otro desde fuera 

Pero no recibe contestación. Ellos siguen con lo que estaban haciendo. 

- Yo me marcho, ¿Vale? - Insiste de nuevo la voz desde fuera. Ellos se miran sonriendo. No piensan contestarle y realmente están deseando de que se vaya. Marc resignado abandona el baño y con el su deseo y capricho de esa noche. Pero ellos siguen allí dentro. Él podría quitarle toda la ropa a ella y posiblemente ella no diría nada. Pero sabe que está borracha y que no quiere hacerle daño. Respira hondo al saber que va a hacer algo de lo que posiblemente se arrepienta a la mañana siguiente. La besa dulcemente dentro de ese WC y después le sonríe. Ella lo mira algo perdida y mareada. Es lo que pasa siempre en una borrachera, después de la euforia llega el contraste de la calma. 

- ¿Salimos de aquí? - Pregunta él con una sonrisa. Ella mueve la cabeza sin saber muy bien como y él entiende que está asintiendo. Salen del baño. Algunas personas miran e imaginan lo que ha pasado allí dentro. Se equivocan, allí no ha pasado realmente nada de lo que ellos piensan. Después él la agarra suave de la cintura intentando perder menos el control que ella. Y se van andando camino a saber a... donde les lleve el viento. 

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