Y mientras las gotas de lluvia mueren cuando chocan contra esa pequeña ventana empañada de un bar cualquiera, él la mira todo el tiempo. Cada vez que ella se agacha para comprobar que no le han robado el bolso, que se aparta el pelo de la cara mientras baja la mirada coqueta. La mira cuando se ríe, cuando se pone nerviosa cada vez que él se acerca a susurrarle algo al ras de los labios.
No la besa. Le gusta la sensación que recorre su cuerpo cuando quiere y aun así se retiene. Una sensación completamente nueva e increíblemente adictiva… el deseo del caprichoso se aviva cuando algo está prohibido. Se han besado ya mil veces, y aun así… nunca sabe cuando hacerlo. Si se dejara llevar, lo haría todo el tiempo. La besaría una y otra vez. Pero ¿Y ella? ¡Lo sigue confundiendo!
Se siente vulnerable cada vez que esa chica está a su lado. Sería capaz de hacer cualquier cosa, cualquier locura para verla sonreír ¿Cuántas reglas se ha saltado ya? “Está prohibido demostrar interés hacia ella, prohibido llamar, prohibido hablar de ella, prohibido quedar a solas, prohibido encariñarse, prohibido besarla y sentir algo, prohibido implicarse con ella, prohibido caer en sus encantos. Y sobre todo, prohibido ENAMORARSE DE ESA NIÑA PIJA”
Cada vez que otro chico la mira, el aprieta la mandíbula muy cauto para que ella no se entere. Controla todos los movimientos del bar. Tal es así, que ella es mucho menos consciente de que la miran de lo que lo es él. Se siente lleno cada vez que adivina los pensamientos de algunos de los presentes del bar. Le entran ganas de partirle la cara a más de uno, pero se contiene. Porque por otro lado, ¡Qué diablos! Ella está con él… solo con él, y eso le hace sentirse orgulloso.
Ella, está llena de ganas y de miedo. Lo mira todo el tiempo. Lo mira cada vez que sus labios se mojan con un nuevo sorbo de bebida. Lo mira cuando seguro de sí mismo se acerca a ella para susurrarle algo al oído. También lo mira cuando él, mira a los demás amenazante, protector… No sabe cómo, pero allí están… en ese bar. Su mente está en alguna parte muy lejana de su cuerpo. Solo puede mirarlo y sonreír como estúpida. Nunca había sentido esa sensación, la de permanecer constantemente nerviosa por otra persona. Era tan diferente a todos… único para ella.
Él levanta la mano indicando a la camarera que sirva dos tragos más. Es curioso, ni siquiera la mira, solo puede fijar la vista en la persona que está delante. Los dos se miran fijamente. Él, acerca los dos pequeños vasos de chupito aun empañados por el hielo.
- Por nosotros… - Dice él
Ella va a beber el chupito.
- No, si no miras a la cara a la persona con la que brindas, traerá mala suerte – Le corrige él
Ella lo mira y antes de beber le sonríe.
Después ella aprieta el labio fuerte y cierra los ojos. Demasiado fuerte, piensa. Él sonríe, no siente la misma sensación de ardor en la garganta, está algo más acostumbrado a beber bebidas fuertes. La música suena. Un grupo de chicas saltan y gritan contentas por la elección de DJ, ellos sonríen y saltan en el bar al igual que el resto.
El sudor recorre sus cuerpos jóvenes, que se dejan llevar por las copas. El maquillaje va desvaneciéndose, el pelo pierde esa forma bien peinada, los ojos brillan, los pies se cansan y aparecen realmente los rostros que se esconden debajo de las apariencias en mitad de la noche… Y es allí cuando el lado más animal sale. Es el momento en el que nos dejamos llevar… Como la música; que no deja de sonar nunca:
“No tengo miedos,
No tengo dudas,
Lo tengo muy claro ya…
Todo es tan de verdad…
Que me acojono cuando pienso
En tus pequeñas dudas. Y eso:
¡Que si no te tengo, reviento!
¡Quiero hacértelo muy lento!
Todo, todo, todo, todo… yo quiero contigo todo
Poco, muy poco a poco, poco… que venga la magia
Y estemos solos, solos, solos, solos…
Yo quiero contigo solos…
Solos rozándonos todo,
Sudando cachondos,
Volviéndonos locos,
Teniendo cachorros,
Clavarnos los ojos,
Bebernos a morro…”
Y en mitad de ese enorme tumulto, “bailan” mientras juntan sus cabezas una al lado de la otra y Sonríen sin decir palabra. No hace falta hablar, está todo muy claro…
Y ese es el momento. Sí, me refiero a esos momentos que se nos han presentado a todos alguna vez en la vida. Esos momentos en los que parece que el destino lo tenía todo planeado así, que esa canción suena porque así tenía que ser, que entraron en ese bar y no en otro por alguna razón, que alguna extraña explicación los unió porque tenía que pasar… Y entonces lo sientes dentro de ti fuerte. ¡Tan fuerte que querrías llorar! Y das gracias a algo… tal vez al destino, de que te haya brindado la oportunidad de tener delante a la persona que tienes… Y Aunque ninguno de los dos quiera ceder, aunque se vieran incapaces de reconocerlo… allí estaban mirándose con caras de tontos, de enamorados… ¡Enamorados hasta las trancas!
Y el “silencio” entre ellos dos se rompe. Ella habla:
- ¿Sabes qué? – Grita en su oído intentando hacerlo más alto que todo ese enorme barullo de gritos y música
- ¡No sé nada ya! – Contesta él riéndose
- Ha, ha, ha…
- Ha, ha, ha…
- Vente tú ahora conmigo…
- ¡Pero si ya me he ido contigo! – Grita en el oído de ella.
Las luces se vuelven locas. El garito cambia de colores… Amarillo, rojo, negro… luz de repente. Musíca, locura, caos…
- Te invito…
- ¿Me invitas?
- ¡Sí… a unos huevos fritos con jamón!
- Ha, ha, ha ¡Ya no tenemos dinero!
- No pasa nada… la invitación es en mi casa…
Los dos se miran…
http://www.youtube.com/watch?v=Y8WD3dksd4E
Gracias por le comentario jeje
ResponderEliminarMucha suerte para ti también guapa !! :D
¡Me encanto esté capitulo, vas demasiado bien. Que bueno(: ya te sigo y gracias por tu comentario.. Es muy lindo tu blog acá andaremos
ResponderEliminarTe sigoo! :)
ResponderEliminarUolaaaaa (L)
ResponderEliminarNo los he leido todos pero este me ha encantado :)
Te sigo :)
Sigue escribiendo se te da genial
Un Saludo :$
Muy buen blog! :D, ya te estoy siguiendo!. Te invito a visitar el mio, publicar las entradas, o votarlas si lo deseas. Por favor seguime :D
ResponderEliminarMi Blog: http://www.evilsenses.blogspot.com/
G R A C I A S!*-*
PD: El título de tu blog *--* es de la canción de La Oreja De Van Gogh, ME ENCANTA! ajaajaa
Me gusta mucho tu relato, tu historia, besos
ResponderEliminarClaro que si :)
ResponderEliminarPd: "Sí, me refiero a esos momentos que se nos han presentado a todos alguna vez en la vida. Esos momentos en los que parece que el destino lo tenía todo planeado así"
Y quien no ha vivido algo así..
Me pasaré a menudo!
http://lifedreams-julene.blogspot.com/
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